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A prop\u00f3sito de la lluvia, Manuel Ter\u00e1n<\/p><\/div>\n
Tarde de Lluvia<\/span><\/p>\n LA MELANCOL\u00cdA<\/strong> es un absurdo juego de ni\u00f1os, una cruel trampa para el coraz\u00f3n, aunque necesaria para aprender a vivir. Esto es lo que absorb\u00eda mi pensamiento aquella tarde de lluvia, a decir verdad, los d\u00edas nublados y de tormenta son mis favoritos desde siempre. En la ventana golpean las gotas de agua, con esas gotas viene a m\u00ed cierto aire de tristeza, de recuerdo y de reflexi\u00f3n.<\/p>\n EL CENICERO<\/strong> se va desbordando poco a poco de colillas de cigarro, la cafetera no ha dejado de funcionar desde tempranas horas de la ma\u00f1ana. Cuando el d\u00eda no viene cargado de lluvia, mi lugar preferido es aquel parque donde me siento por largas horas por el simple gusto de observar el paso de las personas. Un mundo donde s\u00f3lo existo con mis pensamientos, donde los problemas propios no me pueden alcanzar. Mi vida est\u00e1 plagada de aquel gusto por las peque\u00f1as cosas, no necesito grandes cosas para vivir tan s\u00f3lo un mont\u00f3n de letras, una taza de caf\u00e9 y el tabaco.<\/p>\n HAY ALGO<\/strong> que siempre es recurrente en m\u00ed, es el sentir que todo el mundo te ahoga, que todo el mundo espera algo de ti. Mientras pienso en ese vac\u00edo que dej\u00f3 en los dem\u00e1s y en el vac\u00edo que ellos me provocan los acordes de una vieja guitarra van subiendo de tono, envuelve mis penas entre sus melod\u00edas, me llevan a otro lugar, a donde las expectativas de todos no me alcanzan, a donde no puedo fallarle a nadie.<\/p>\n PERO MIS<\/strong> palabras no son tristes ni est\u00e1n afectadas por la amargura, como dije anteriormente mi felicidad se encuentra en los peque\u00f1os detalles que la vida puede dar. Hay un basti\u00f3n de letras que me protege de todo, en ocasiones puedo parecer retra\u00eddo o encerrado en mi universo, esto s\u00f3lo es una forma de observar el mundo, de caminar, de analizar todo aquello que me rodea. La precauci\u00f3n es una forma de actuar que las malas experiencias ense\u00f1an al ser humano, es por eso que todo lo que es nuevo en mi entorno es recibido con esa correspondiente precauci\u00f3n.<\/p>\n EL RELOJ<\/strong> de pared marca las nueve de la noche, las estrellas son opacadas por las nubes cargadas de lluvia, el cielo se ilumina de vez en cuando con el rayo furtivo y lejano que lo atraviesa. Papel y l\u00e1piz son mis herramientas de esta noche, en ocasiones me dedico a atrapar todas aquellas ideas que vienen a mente, aunque, no tienen belleza ni est\u00e9tica procur\u00f3 guardar para m\u00ed mis reflexiones, para recordarme a m\u00ed mismo todos aquellos errores en los que he ca\u00eddo y en los que no puedo darme el lujo de caer nuevamente.<\/p>\n MI SOLEDAD<\/strong> es una de esas virtudes que me acompa\u00f1a siempre. Comprender a la soledad no es f\u00e1cil, uno cae en el error de que \u00e9sta es mala o hermana de la tristeza, requiere tiempo, pero uno se da cuenta de que no es as\u00ed, la soledad te hace entender todo lo incomprensible del destino, te hace valorarte m\u00e1s a ti mismo y sobre todo conocer todo respecto a tu interior.<\/p>\n ES CERCA<\/strong> de medianoche y la lluvia se ha calmado un poco, una que otra estrella se ha asomado para brillar sobre la ventana. Me acerco a la cocina por aquella taza de caf\u00e9 que me permite conciliar todas las noches el sue\u00f1o, sin ella mis noches son turbias llenas de malos pensamientos e inquietud, tal vez s\u00f3lo sea imaginaci\u00f3n m\u00eda, pero aun as\u00ed prepar\u00f3 aquella taza. Sobre la mesa conserv\u00f3 aun algunos peque\u00f1os recados con demostraciones de amor que ya no existe; el dolor se ha ido, pero uno tiene que aprender y recibir lecciones al final los sentimientos m\u00e1s fuertes se esfuman con el viento y las rosas blancas terminan en la basura. Pero la vida contin\u00faa y lo mejor viene con la soledad y la nostalgia.<\/p>\n * Historiador, fot\u00f3grafo, escritor y amante de las letras, dame una palabra y te dedico un verso<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Por Carlos Alberto S\u00e1nchez Villegas* Tarde de Lluvia LA MELANCOL\u00cdA es un absurdo juego de ni\u00f1os, una cruel trampa para el coraz\u00f3n, aunque necesaria para aprender a vivir. 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