{"id":116702,"date":"2018-07-29T07:43:07","date_gmt":"2018-07-29T12:43:07","guid":{"rendered":"http:\/\/127.0.0.1\/wordpress\/?p=116702"},"modified":"2018-07-29T07:43:07","modified_gmt":"2018-07-29T12:43:07","slug":"entre-letras-33","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/2018\/07\/29\/columnas\/entre-letras-33\/","title":{"rendered":"Entre Letras"},"content":{"rendered":"

La Ni\u00f1a y el Caballero<\/span><\/p>\n

Por Carlos Alberto S\u00e1nchez Villegas *<\/p>\n

\"La

La soledad, de Marcela S\u00e1nchez<\/p><\/div>\n

EL TIEMPO<\/strong> transcurr\u00eda m\u00e1s lento de lo normal, mientras que por la ventana pod\u00edan observarse las densas estelas de luz que los rel\u00e1mpagos iban dejando en su aparecer. La ni\u00f1a en su habitaci\u00f3n no pod\u00eda m\u00e1s que esconderse debajo de las sabanas, no s\u00f3lo por la fuerte tormenta y el crujir de la vieja casona, sino por los lamentos, aquellos que hab\u00eda estado escuchando durante noches enteras, eran ruidos de tormentos que se acrecentaban con la luz de las velas.<\/p>\n

LA PEQUE\u00d1A<\/strong> ni\u00f1a de aproximadamente ocho a\u00f1os se hab\u00eda mudado a la vieja casona tan solo un mes atr\u00e1s y pr\u00e1cticamente desde la primera semana la ni\u00f1a hab\u00eda notado que no todo iba normal en aquel antiguo recinto, hab\u00eda ruidos que no pod\u00eda explicar, pero, sobre todo, lo que m\u00e1s miedo le generaba eran los llantos que noche tras noche se dejaban escuchar para ella. Los llantos de un alma en pena.<\/p>\n

TRAS UN<\/strong> largo mes la peque\u00f1a por fin se decidi\u00f3 a encontrar el origen de aquellos llantos, espero la noche y con ella los primeros lamentos; baj\u00f3 hacia la gran sala, y debajo de un retrato antiguo que dejaba ver el rostro de una bella doncella encontr\u00f3, primero como una sombra y despu\u00e9s como algo m\u00e1s n\u00edtido la figura de un triste caballero que lloraba, en una de sus manos portaba una flor marchita y en la otra una peque\u00f1a caja, al reparar en la ni\u00f1a el caballero no se sorprendi\u00f3 simplemente le brind\u00f3 una sonrisa sombr\u00eda y sigui\u00f3 mirando aquel retrato por el cual se pod\u00eda percibir sent\u00eda un gran dolor.<\/p>\n

DESDE ESA<\/strong> noche la ni\u00f1a dejo de sentir miedo, m\u00e1s bien lo que sent\u00eda ahora era una profunda pena por el joven caballero, aquel que no pod\u00eda descansar en paz de tanto que lloraba por su amada perdida en la muerte. El tiempo continu\u00f3 su caminar, hasta que un d\u00eda la peque\u00f1a se anim\u00f3 a preguntar al caballero como hab\u00eda perdido a aquel amor al que tanto le lloraba.<\/p>\n

SIN M\u00c1S<\/strong> reparaciones el fantasma comenz\u00f3 su historia, un relato de amor de esas que tanto escuchamos. El caballero habitaba en la casona y estaba a punto de casarse cuando el destino tr\u00e1gico le arrebato a su prometida por medio de un envenenamiento; de eso hab\u00edan transcurrido a\u00f1os, d\u00e9cadas, una cantidad de tiempo que ya ni \u00e9l mismo recordaba. Lo \u00fanico que alcanzaba a recordar es que muri\u00f3 solo en esa casa y cada uno de sus d\u00edas en vida y muerte se la pasaba llorando por ella. Su lamento hab\u00eda provocado que numerosos inquilinos salieran de esa casa no por miedo, sino porque no aguantaban m\u00e1s el constante lloriqueo noche tras noche.<\/p>\n

AS\u00cd FUE<\/strong> como la peque\u00f1a se acostumbr\u00f3 a los ruidos infernales que el caballero fantasma hac\u00eda cada noche, hasta que sus padres tambi\u00e9n lograron percibirlo; s\u00f3lo un mes m\u00e1s aguantaron en aquella casa, no pod\u00edan soportar tanto llanto y tristeza de aquel joven herido. Y as\u00ed como cientos antes de ellos, estos inquilinos tambi\u00e9n salieron huyendo de los insoportables chillidos y lamentos, no sin antes dejar un hondo recuerdo en la peque\u00f1a, que la llevaron a pensar en las desventajas de enamorarse perdidamente de alguien.<\/p>\n

* Historiador, escritor y columnista. Egresado de la Universidad Aut\u00f3noma de Aguascalientes<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

La Ni\u00f1a y el Caballero<\/p>\n

Por Carlos Alberto S\u00e1nchez Villegas *<\/p>\n

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