{"id":109817,"date":"2018-03-31T07:37:04","date_gmt":"2018-03-31T13:37:04","guid":{"rendered":"http:\/\/127.0.0.1\/wordpress\/?p=109817"},"modified":"2018-03-31T07:37:04","modified_gmt":"2018-03-31T13:37:04","slug":"entre-letras-30","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/2018\/03\/31\/columnas\/entre-letras-30\/","title":{"rendered":"Entre Letras"},"content":{"rendered":"

\u00bfCu\u00e1ntas Flores Caen en una Hora?<\/span><\/p>\n

Por Lenina Nereida Ortiz Garc\u00eda<\/p>\n

\"\u201cLa

\u201cLa jacaranda sigue meci\u00e9ndose, el viento no da tregua y acelera la ya de por s\u00ed ef\u00edmera existencia de la floraci\u00f3n\u201d<\/p><\/div>\n

LAS FLORES<\/strong> violetas ca\u00edan como gotas de agua motivadas por el viento a golpear cabezas y regar los jardines de morado. Un gato asoma la cabeza entre un arbusto contemplando la ca\u00edda, mueve una pata como queriendo alcanzar una flor que cay\u00f3 cerca, pero es m\u00e1s su flojera, desiste y permanece echado dentro del arbusto.<\/p>\n

LOS NI\u00d1OS<\/strong> juegan a ver qui\u00e9n atrapa m\u00e1s flores, pero uno de ellos se rinde ante la molestia de una basura en el ojo. La jacaranda sigue meci\u00e9ndose, el viento no da tregua y acelera la ya de por s\u00ed ef\u00edmera existencia de la floraci\u00f3n.<\/p>\n

LOS BOLEROS<\/strong> echan carcajadas mientras lustran los zapatos, alg\u00fan chiste p\u00edcaro habr\u00e1n contado. Pasan unas mujeres con sus ni\u00f1os de la mano junto a la fuente y de vez en vez las manitas traviesas se sumergen y salpican el agua.<\/p>\n

YO ESTOY<\/strong> aqu\u00ed sentado esperando a que llegue Flor, como todos los d\u00edas a la hora del almuerzo nos encontramos en la misma banca, no es exagerado decir que la mayor\u00eda de las veces est\u00e1 vac\u00eda, como si la gente desconocida nos la reservara siempre. Flor trabaja en un banco cercano a esta plaza, yo trabajo en una tienda departamental y nuestra hora de almuerzo coincide, as\u00ed nos conocimos. Un sujeto de traje rid\u00edculo color rojo y botones dorados, y una mujer nada rid\u00edcula, bastante neutra con traje sastre color negro, ambos comiendo una torta o un s\u00e1ndwich.<\/p>\n

EL D\u00cdA<\/strong> que nos conocimos hab\u00eda mucha gente, era primavera y las jacarandas estaban en flor, era un d\u00eda bastante tranquilo y algo caluroso. No siempre compart\u00edamos la banca, por lo general ella se sentaba en una de al lado o en otra que estaba en frente, pero ese d\u00eda no hab\u00eda opci\u00f3n, se acerc\u00f3 y me pidi\u00f3 permiso para sentarse a mi lado, recuerdo perfectamente su rostro, que iluminado por los rayos que atravesaban los \u00e1rboles, su piel adquir\u00eda una tonalidad rosada. Sonre\u00ed y le dije entre risas que su cara estaba morada, para mi sorpresa, lo tom\u00f3 con la misma tonta gracia de mi humor, y agradezco tanto mi simpleza de aquel d\u00eda, pues bast\u00f3 para romper el hielo y tener nuestra primera conversaci\u00f3n.<\/p>\n

EN LA TEMPORADA<\/strong> de lluvias cargaba con unas botas, y un d\u00eda quiso subirse con uno de los boleros para que se las limpiara, al momento de bajarse de la silla pis\u00f3 en falso y cay\u00f3 al suelo, por desgracia se torci\u00f3 el cuello, y para mi desdicha, porque estuvo incapacitada dos d\u00edas, mismos que no pude verla a la hora del almuerzo.<\/p>\n

QUI\u00c9N IBA<\/strong> a imaginar que dos empleados, que se conocieron de la nada se casar\u00edan. La manera en que le propuse matrimonio fue de lo m\u00e1s com\u00fan y aburrida, como nosotros mismos. Fing\u00ed que tiraba una botella de pl\u00e1stico a la fuente, ella enfurecida corri\u00f3 a recogerla, y para su sorpresa algo tintineaba dentro, claro, el anillo, \u00bfqu\u00e9 m\u00e1s?, nada sorprendente lo s\u00e9.<\/p>\n

YA CASADOS<\/strong> a veces juguete\u00e1bamos en el almuerzo, ella llegaba y se sentaba en otra banca fingiendo no conocerme, luego me lanzaba una mirada burlona y solt\u00e1bamos una risotada. Otras veces nos pon\u00edamos a contar las flores que iban cayendo hasta que se terminaba la hora del almuerzo, nos gustaba contemplar a la gente, inventarles nombres e historias, nombrar a los gatos que viven en los arbustos como si de nuestros hijos se tratara, un Teodoro, un Misifus, una Gatundra, porque era blanca como la nieve. Imaginar los di\u00e1logos de los boleros cuando se re\u00edan \u201cYa le digo Don Jos\u00e9, mi mujer me encontr\u00f3 una revista pornogr\u00e1fica y ya se imaginar\u00e1\u2026\u201d.<\/p>\n

HOY NO<\/strong> llegas Flor, y ya falta poco para que termine la hora del almuerzo, me tienes aqu\u00ed observando todo esto que era de los dos, podr\u00eda molestarme pero no hay remedio. Hace tiempo que dej\u00e9 el trabajo Flor, me fui a otro lado, pero a veces paso por el banco, hay una mujer mal encarada en tu lugar. Todav\u00eda recuerdo tus \u00faltimas palabras, me preguntaste cu\u00e1ntas flores cayeron la \u00faltima vez que las vimos y yo me limit\u00e9 a contestarte con un \u201cno s\u00e9\u201d. \u00bfC\u00f3mo voy a enojarme contigo Flor? S\u00f3lo porque no llegas. No importa cu\u00e1ntas flores caigan a la hora del almuerzo, s\u00e9 que no volver\u00e1s a contarlas conmigo.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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