{"id":105308,"date":"2018-01-13T07:56:38","date_gmt":"2018-01-13T13:56:38","guid":{"rendered":"http:\/\/127.0.0.1\/wordpress\/?p=105308"},"modified":"2018-01-13T07:56:38","modified_gmt":"2018-01-13T13:56:38","slug":"entre-letras-27","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/2018\/01\/13\/columnas\/entre-letras-27\/","title":{"rendered":"Entre Letras"},"content":{"rendered":"

Por Carlos Alberto S\u00e1nchez Villegas<\/p>\n

\"Hombre

Hombre y reloj, Federico Sequeira<\/p><\/div>\n

Para Sof\u00eda Flores en un primer a\u00f1o juntos<\/em><\/p>\n

\u201cLa vida est\u00e1 llena de miseria, soledad y sufrimiento;<\/em>
\n Y todo termina demasiado pronto\u201d<\/em>
\n-Woody Allen<\/em><\/p><\/blockquote>\n

MIENTRAS CAMINABA<\/strong> bajo los intensos rayos del Sol su reloj de bolsillo marcaba las tres, una hora muy inusual para estar fuera del hogar, m\u00e1s en el caso de \u00e9l que viv\u00eda exiliado del mundo en su propia soledad. Pero que m\u00e1s pod\u00eda hacer si necesitaba sus estampillas, sin ellas no podr\u00eda mandar m\u00e1s cartas en tiempo y forma. Aunque el Sol generaba calor ya se sent\u00edan los primeros vientos helados que presagiaban un invierno temprano.<\/p>\n

LA NAVIDAD<\/strong> y el final de a\u00f1o siempre representan fechas de unidad familiar, pero para \u00e9l representaban fechas muy tristes y solitarias, llevaba cerca de 10 inviernos sin ver a alguno de sus hijos. Ten\u00eda tres y ninguno de ellos lo visitaba o llamaba, y mucho menos escrib\u00eda. Tan solo ten\u00eda de ellos viejas direcciones en otras ciudades de las cuales no pod\u00eda confirmar si sus hijos segu\u00edan viviendo ah\u00ed, ni siquiera un n\u00famero telef\u00f3nico dejaron tras su abandono.<\/p>\n

EN LA SOLEDAD<\/strong> de su casa se sentaba y meditaba sobre su presente, \u00e9l entend\u00eda que era la ley de la vida que los hijos ten\u00edan que irse alg\u00fan d\u00eda de casa, pero no comprend\u00eda porque sus hijos hab\u00edan tomado esta ley tan en serio y lo hab\u00edan dejado totalmente en el olvido, en la oscuridad. Econ\u00f3micamente no los necesitaba \u00e9l pod\u00eda valerse por s\u00ed mismo como lo hab\u00eda hecho toda su vida, pero el dolor de su ausencia le pesaba enormemente. M\u00e1s en la \u00e9poca de navidad cuando todas las familias est\u00e1n unidas, hab\u00eda perdido a su esposa tan solo catorce a\u00f1os atr\u00e1s y desde entonces sus hijos se fueron alejando cada vez m\u00e1s de \u00e9l hasta que perdieron totalmente el contacto.<\/p>\n

EL RELOJ<\/strong> de cuerda marcaba el paso en la habitaci\u00f3n mientras \u00e9l sacaba bol\u00edgrafo y papel para redactar como todos los d\u00edas cartas para cada uno de sus hijos, en aquellos escritos no hab\u00eda reproche alguno, solo eran para reportar cada uno de los pormenores de su vida solitaria, para anunciarles el amor que sent\u00eda por ellos y la gran tristeza que sent\u00eda por no verlos. Como era costumbre las cartas se iban, pero nunca regresaba respuesta de ninguno de los tres destinatarios.<\/p>\n

UNA VEZ<\/strong> terminado el ritual de las tardes de escritura, el viejo preparaba su taza de caf\u00e9 para sentarse fuera de la puerta de su casa y observar la vida cotidiana de su barrio. El jugueteo de los ni\u00f1os, sus risas, su andar. A veces se preguntaba si \u00e9l ten\u00eda nietos, cuantos a\u00f1os tendr\u00edan, como ser\u00edan, tal vez un d\u00eda lejano antes de su fin podr\u00eda conocerlos.<\/p>\n

LOS MINUTOS<\/strong> segu\u00edan muriendo en el reloj del viejo, mientras \u00e9l comenzaba ahora el ritual de dormir, de pensar en sus hijos, de so\u00f1ar con un rencuentro. Qui\u00e9n puede imaginar su dolor cuando lo ven con su caminar lento hacia el servicio postal a depositar sus cartas diarias, qui\u00e9n puede imaginar siquiera la soledad de un viejo y el dolor que genera el paso del segundero sobre aquellos minutos y horas.<\/p>\n

* Historiador, escritor y columnista. Egresado de la Universidad Aut\u00f3noma de Aguascalientes<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Por Carlos Alberto S\u00e1nchez Villegas<\/p>\n

MIENTRAS CAMINABA bajo los intensos rayos del Sol su reloj de bolsillo marcaba las tres, una hora muy inusual para estar fuera del hogar, m\u00e1s en el caso de \u00e9l que viv\u00eda exiliado del mundo en su propia soledad. Pero que m\u00e1s pod\u00eda hacer si necesitaba sus estampillas, sin ellas no podr\u00eda mandar m\u00e1s cartas en tiempo y forma. Aunque el Sol generaba calor ya se sent\u00edan los primeros vientos helados que presagiaban un invierno temprano.<\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[12],"tags":[],"class_list":["post-105308","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-columnas"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/105308"}],"collection":[{"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/2"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=105308"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/105308\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=105308"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=105308"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/aguascalientes.pagina24.com.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=105308"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}