CARTAS A PÁGINA 24
A LA COMUNIDAD universitaria y a la sociedad en general:
SOY PARTE de esta casa de estudios desde hace veinte años. A lo largo de este tiempo he tenido la oportunidad de ser testigo de cuatro procesos de elección de rectoría, cada uno con sus propios matices, propuestas y debates. Sin embargo, nunca había presenciado un ataque tan desproporcionado y doloso como el que recientemente se ha dirigido hacia la Dra. Sandra Yesenia Pinzón Castro.
QUIENES LA conocemos, aunque sea desde el aula, sabemos de su calidad humana, su honestidad, su profesionalismo y su profundo compromiso con la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Para mí es un orgullo decir que fue mi maestra, y que pude experimentar de primera mano su capacidad académica, su ética y su respeto por la formación de estudiantes.
POR ESO resulta tan doloroso ver cómo, desde el anonimato o desde la comodidad de la crítica sin fundamento, se busca desacreditar a una mujer que hoy ocupa un cargo históricamente reservado para hombres. No quiero pensar que sea esa la razón detrás de los señalamientos injustos, pero cuesta ignorar el desprecio y la virulencia que, curiosamente, no se habían manifestado en otros procesos o con otros perfiles.
A QUIENES formamos esta comunidad, nos consta que actualmente la Universidad goza de una estabilidad laboral que muchas personas desearían tener. En un país donde el desempleo y la incertidumbre laboral golpean con fuerza, nuestra institución sigue siendo un espacio que ofrece seguridad, crecimiento y respeto a quienes la integran. Esto no es fruto de la casualidad, sino del trabajo constante y responsable de quienes administran, dirigen y sostienen su funcionamiento día con día.
COMO MADRE, además, tengo la tranquilidad de saber que mis hijos -y los hijos de tantas y tantos trabajadores- tienen en la UAA un lugar donde pueden acceder a una educación de calidad, con la certeza de que serán formados bajo valores, conocimientos y principios que les permitirán enfrentar un mundo cada vez más retador.
POR TODO ello, hoy levanto la voz. No para confrontar, sino para recordar que detrás de cada ataque hay una persona, una trayectoria y una comunidad que se ve afectada. Nuestra institución merece diálogos responsables y diferencias expresadas con respeto. Y quienes la representen -hoy y mañana- merecen ser evaluados por su trabajo, no por prejuicios, intereses externos, misoginia o sospechosas campañas de desprestigio.
LA UNIVERSIDAD Autónoma de Aguascalientes ha sido, durante décadas, un símbolo de estabilidad, honor y crecimiento para nuestro estado. Cuidarla también implica defender la dignidad de quienes la conducen.
EN ESTOS días me ha tocado ver con mucha preocupación un ambiente de amenazas y presiones en medios y redes que causan temor entre la comunidad y nos han tapado la boca. Es una amenaza de censura silenciosa y un tipo de violencia histórica que muchas personas conocemos de primera mano. Pero aunque el miedo existe, quiero hacer una invitación a que compartan libremente esta carta quienes estén de acuerdo y quienes sientan como yo que no podemos mirar para otro lado cuando ocurren este tipo de violencias y de injusticias.
FIRMO ESTA carta no sólo como universitaria, sino como mujer, como profesional y como alguien que cree profundamente en el valor de una institución que nos ha dado tanto.
Atentamente,
Una universitaria orgullosa de su institución
