
Manuel Alonso García
Más Publicidad que Resultados
EN LA PROCURACIÓN de justicia en Aguascalientes, el papel de fiscal general, Manuel Alonso García, y todos los demás que tiene “especializados” en diferentes áreas, han resultado más videos y fotos publicitarias que resultados, y nada le aprenden a los sherifs, integrantes del FBI, DEA y demás instituciones gringas, que viene a capacitarlos, y seguramente no gratis, ahí está que no pueden ni hacer una prueba de ADN para saber si el cuerpo que tienen desde hace meses en la morgue corresponde a Daniela, la joven desaparecida en diciembre de 2023 en Asientos.
LA FIGURA del fiscal parece estar más ligada a estrategias de comunicación y manejo mediático que a logros tangibles en la impartición de justicia. Manuel Alonso es un claro ejemplo de cómo la publicidad puede eclipsar los verdaderos resultados.
DESDE SU llegada al cargo, Alonso ha protagonizado innumerables ruedas de prensa, entrevistas y publicaciones en redes sociales. Cada operativo, detención o decomiso se convierte rápidamente en una noticia cuidadosamente editada para mostrar al fiscal como un líder comprometido y eficaz. Sin embargo, detrás de las cámaras, los resultados concretos parecen mucho más modestos de lo que la imagen pública sugiere.
ADEMÁS, AUNQUE Alonso presume de constantes capacitaciones y talleres para su personal, los resultados alcanzados bajo su gestión no logran superar los obtenidos en la administración de Jesús Figueroa, quien dejó una vara alta en materia de eficiencia y resultados reales.
AUNQUE EL fiscal ha anunciado múltiples acciones contra el crimen y la corrupción, el impacto real de estas iniciativas es cuestionable. Los índices delictivos mantienen una tendencia preocupante y la percepción ciudadana sobre la justicia sigue siendo negativa. Los casos mediáticos suelen quedarse en el espectáculo, mientras que las investigaciones profundas y las sentencias firmes brillan por su ausencia, tanto que le sueltan violadores y en conferencia de prensa afirmó que “El Charro” y “El 30” operaban “a distancia” y resulta que el primero vivía en una de las zonas más exclusivas de la ciudad.
LA DETENCIÓN la hicieron las autoridades federales y también hizo todo un show con lo de cobro de piso en el Agropecuario, hecho que fue denunciado por Morena, o sea que eso de la “inteligencia” con la que cuenta la fiscalía deja mucho que desear.
OTRO ASPECTO de la gestión de Manuel Alonso es la escasa transparencia en la presentación de resultados. Los informes oficiales suelen destacar números y estadísticas, pero de que detienen a bachicheros y lo presentan como “duros golpes al narcotráfico”, a los que roban autos, a los que les pegan a las mujeres, pero nada de resultados de la estafa Ponzi, de las carpetas de investigación por tortura y sus fallas garrafales en la búsqueda de personas desaparecidas como ocurrió con Ángela, que tuvieron el tiempo suficiente para encontrarla con vida, eso si hubiera sido digno de toda la publicidad que hace en detenciones sin trascendencia.
EL CASO de Manuel Alonso evidencia una tendencia peligrosa en el sistema judicial mexicano: se privilegia la imagen sobre los resultados, la publicidad sobre la efectividad real. Es indispensable exigir a los fiscales menos espectáculo mediático y más trabajo sustantivo, con resultados verifi- cables y mejoras palpables en la impartición de justicia. De lo contrario, corremos el riesgo de normalizar la idea de que el combate a la delincuencia es sólo una cuestión de percepción, y no de hechos.
Y NO SE habla al tanteo, porque esa misma estrategia implementó cuando fue Secretario de Seguridad Pública Estatal y el sociólogo Edgar Guerra lo dijo claro en conferencia de prensa: la SSPE era más espectaculares que resultados reales y que la Fiscalía General del Estado era la que daba los resultados y era Jesús Figueroa Ortega el que estaba al frente.
EL PROFESIONALISMO no se presume, se nota; y el respeto no se impone, se gana, por muy abogado del estado que sea. (BDR).
