Se Molesta Ante Cuestionamientos de la Prensa

Por Benny Díaz

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Manuel Alonso García (Foto: David Julián Torres Martínez)

En el contexto alarmante de la desaparición de mujeres en Aguascalientes, la actitud y declaraciones recientes de Manuel Alonso García, fiscal general del estado, han generado indignación y desconfianza entre familiares de las víctimas, la sociedad civil y medios de comunicación. En su presencia en el desfile del 20 de noviembre, Día de la Revolución, al ser cuestionado sobre el tema de las mujeres desaparecidas intentó evadir la pregunta y posteriormente se retiró caminando escoltado por sus guaruras.

Dado que a la sociedad le interesa conocer también la versión oficial, se siguió al fiscal para que respondiera sobre lo que familiares de desaparecidos sostienen que les ha dicho y sobre la falta de empatía hacia sus casos. Manuel Alonso García negó abiertamente haber informado a los familiares sobre la localización del cuerpo de una de las mujeres desaparecidas, Daniela, vista por última vez en Asientos el 11 de diciembre de 2023.

Esta postura, además de insensible, evidencia una preocupante falta de transparencia y empatía en el trato hacia quienes sufren la ausencia de sus seres queridos. Negar información tan delicada en un momento crítico puede interpretarse  como un acto de revictimización y desprecio por el dolor ajeno.

La hermana de la víctima manifestó en una conferencia de prensa realizada por el Observatorio de Violencia Social y de Género que, en abril de este año, durante una reunión con el fiscal en la que también estuvo presente la gobernadora, Alonso García les dijo que ya tenía el cuerpo de Daniela y que faltaban los reactivos. Posteriormente, en una segunda reunión, reiteró lo mismo y hasta ahora sigue sin entregar el cuerpo ni permitirles verlo para confirmar si corresponde o no a la joven.

Falta de Compromiso y Sensibilidad Institucional

El papel de un servidor público, especialmente en temas de seguridad y derechos humanos, exige un compromiso inquebrantable con la verdad y el acompañamiento a las víctimas. Sin embargo, las acciones y declaraciones de Manuel Alonso García, al deslindarse de sus propias palabras y negar hechos frente a los medios de comunicación y a los familiares, sólo agravan el clima de desconfianza y desesperanza en la entidad.

Está el caso de Judith Alexandra Olayo Arredondo, cuya madre, Nataly Arredondo, ha recibido amenazas de Diego Zaín, el último que vio a Alexa. Cuando la agraviada le envía mensajes sobre lo que ha encontrado en sus búsquedas, afirma que el fiscal la deja en “visto”.

En sus intervenciones, Manuel Alonso García no sólo ha negado información relevante, sino que ha puesto en duda el profesionalismo de las y los reporteros que abordan el tema, sugiriendo que sus preguntas carecen de rigor o fundamento.

Este tipo de respuestas genera aún más preocupación, ya que la labor periodística es fundamental para la transparencia y el acceso a la verdad en casos sensibles como las desapariciones. Las desapariciones en Aguascalientes demandan respuestas concretas y sensibles por parte de las autoridades.

La actitud evasiva, la negativa de Manuel Alonso García y su postura crítica ante la prensa no sólo son reprobables, sino también peligrosas, ya que contribuyen a la impunidad y al aumento de la indignación social. Los familiares de las víctimas no merecen ser tratados con indiferencia ni enfrentarse a versiones contradictorias o a la falta de información por parte de quienes deben protegerlos.

Es urgente que funcionarios como Manuel Alonso García asuman su responsabilidad y muestren mayor apertura y sensibilidad ante los casos de mujeres desaparecidas, así como respeto hacia la labor periodística. La sociedad exige claridad, empatía y resultados, no evasivas, negaciones ni cuestionamientos que sólo profundizan el dolor y la desconfianza.

Las autoridades están obligadas a poner en el centro a las víctimas y sus familias, garantizando siempre el respeto a sus derechos y el acceso a la verdad.

 

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