Monseñor Rafael Sandoval:
Por Benny Díaz

Rafael Sandoval Sandoval (Foto: Cortesía)
México atraviesa momentos difíciles debido a la ola de violencia que afecta a comunidades enteras.
Para el obispo emérito, cada acto violento representa una doble ofensa, “no sólo se daña a la persona atacada, sino que también se hiere a Dios, porque todos somos hijos suyos y estamos llamados a amarnos unos a otros”.
La violencia es incompatible con la fe cristiana, y toda acción que atente contra la vida y la dignidad humana constituye, en esencia, un rechazo al amor de Dios.
Rafael Sandoval Sandoval invitó a la sociedad mexicana a reflexionar sobre sus acciones cotidianas y a buscar caminos de reconciliación, “hoy más que nunca necesitamos tender puentes, pedir perdón y perdonar. Sólo así podremos reconstruir un México más justo y en paz”.
También pidió a los líderes religiosos y comunitarios que promuevan el diálogo, la empatía y la compasión en todos los ámbitos de la vida. Recordó que el compromiso de los creyentes no termina en la oración, sino que debe traducirse en acciones concretas a favor de la justicia, la paz y la defensa de la dignidad humana, “ser cristiano hoy implica ser constructor de paz y testigo del amor de Dios en medio de la tempestad”.
En estos tiempos difíciles, “resuena como un llamado urgente a la conciencia nacional: dejar atrás el odio y la violencia, y retomar el camino del amor, la reconciliación y el respeto al prójimo, valores que, según sus palabras, son la verdadera manifestación de Dios en la vida cotidiana, porque el cuerpo de la Iglesia la formamos todos los bautizados”, concluyó.
