Llama el Obispo a Vivir la fe con Humildad y Servicio
Por Benny Díaz

Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes/ Correo Diocesano)
En un mundo secularizado, donde lo que está mal parece bien y lo que está bien parece mal, ante Dios lo malo siempre será malo y lo bueno siempre será bueno. No hay modas ni ideologías que puedan cambiar el Evangelio, y por eso “todos tenemos un llamado a ser misioneros y también a evangelizar a los que no saben, nosotros contamos con el trabajo de la catequesis en la que están involucrados hombres y mujeres que enseñan a los niños para que vayan creciendo en la fe”, señaló en su ho- milía Juan Espinoza Jiménez, obispo de la Diócesis de Aguascalientes.
Hay quienes se dejan llevar por el orgullo, la fama o el dinero, y no conocen “el servicio ni la ternura de Dios, la alegría del Evange- lio para prepararnos hacia el futuro y seguir viviendo unidos, alegres en el ancla de la fe. Siempre hay que estar abiertos a la fe y estar al servicio de Dios evangelizando, no sólo en situaciones especiales, porque el que es juzgado, excluido también puede tiene la misericordia de Dios”.
Jesús dijo una verdad, resaltó: “Quien se ensalza será humillado y quien se humilla será enaltecido. No basta con saber mu- cho, hay que reconocer que todos hemos recibido catequesis y por eso mostramos lo que sabemos y dejamos que el señor hable a través de nosotros. Como dice el Evangelio: El fariseo sabía de la ley, pero no lo que significaba amar, el publicano, en su pequeñez abrió la puerta a la mise- ricordia y había hecho cosas malas, pero sabía en su corazón que hay un Dios cuya misericordia es más grande que el pecado y por eso hay que recibir con humildad y ternura la catequesis porque nos revela el rostro misericordioso de Dios”.
La Diócesis de Aguascalientes cuenta con una escuela diocesana fundada hace 75 años, donde se capacita a las y los ca- tequistas para que transmitan enseñanzas sobre la fe cristiana. Esto ha permitido “que por generaciones haya comunidades que se encontraron con Jesús a través de la fe, con palabras sencillas, como es que él le hablaba al pueblo.
Hoy nuestros catequistas llevan la voz de la Iglesia a las casas, salones y a los niños de todos los barrios y comunidades sin cansarse de que todos aquellos que no conocen la fe aprendan y profundicen en seguir adelante y crezcan en lo que es el Evangelio”.
Y todos los fieles están llamados a hacerlo “porque desde el momento en que se recibe el bautismo formamos parte de la Iglesia y somos discípulos de Cristo, hay que saber enseñar y transmitir a otros lo que Jesús hizo por todos nosotros y sobre todo hay que ser hombres y mujeres orantes, hacer obras de misericordia y también ser misioneros”.
