“Debemos ser Buenos y Agradecidos Como el Samaritano”
Por Benny Díaz

Juan Espinoza Jiménez
“En los tiempos de Jesús la lepra no era una enfermedad del cuerpo, significaba exclusión, marginación, soledad, aislamiento, era un rechazo social y Cristo se acercó a ellos y los escuchó, les devuelve la salud y la dignidad, pero de los 10 que sanó, sólo uno regreso a darle las gracias y era un samaritano, que para los judíos eran mal vistos por ser paganos”, manifestó el obispo Juan Espinoza Jiménez.
Ese que regresó lo hizo para encontrar no sólo un cuerpo limpio, sino un corazón gratificado con el hombre que le dio esa dignidad y por eso Jesús le dice que su fe lo ha salvado.
“Esto es un mensaje profundo porque nos muestra que con la fe, Jesús no sólo sana cuerpos, sino que purifica corazones, porque como decía San Agustín: ‘la lepra es un pecado que desfigura el alma’ y no sólo hay que tener una piel limpia, también corazón y nosotros en estos días padecemos diversas formas de lepra social y espiritual que sólo puede ser sanada por Cristo.
“El egoísmo nos encierra en nosotros mismos y nos hace indiferentes al dolor ajeno, la mentira, la corrupción que des- figura la verdad y destruye la confianza en la sociedad, corrompe el alma y es un virus que no respeta clases sociales. La arrogancia está en todo mal, la mentira, la violencia, el resentimiento que enferma los corazones, divide las familias, comunidades y en un sutil llamado a la ingratitud. Cuando olvidamos reconocer el bien de Dios hace que todos los días dejemos que caminar en la fe del leproso y en la obediencia del samaritano”.
El purpurado mencionó que actualmente la gente vive alejada de Dios y tampoco es agradecido con todo lo que recibe cada día, “sólo perdemos la salud o el trabajo, entonces sí acudimos a él expresando las quejas y a pedirle auxilio, nos olvidamos de ser como el samaritano que se posa ante Jesús para agradecerle su curación, los otros nueve no lo buscaron a pesar de haber quedado limpios y dejar de ser excluidos”.
Los creyentes cuentan con algo muy grande que son los dones de Dios, “pero a la gran mayoría se les olvida volver a él para agradecerle y dar testimonio con alegría de haber sido salvados, eso se logra con una fe auténtica y se logra tener una visión y comunicación con Jesús, quien diario nos brinda su amor, mismo que debemos compartir con la comunidad y evangelizar dando testimonio de ser buenos y agradecidos, como el samaritano”.