Espera que se Celebre el Parlamento Juvenil en el Congreso Local

Por Benny Díaz

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Rodrigo González Mireles (Foto: David Julián Torres Martínez)

Ana Karen Sotero, una joven de 23 años, ganó el Premio de la Juventud 2025 y, por ese motivo, subió a la tribuna del Congreso de la Ciudad de México, donde reclamó enérgicamente a los diputados de esa Legislatura por no hacer nada por los jóvenes.

Les reprochó permitir que caigan en las garras del narcotráfico debido a su omisión en múltiples temas, además de señalar que la falta de oportunidades laborales y la inseguridad son 􀃀agelos que afectan a los mexicanos.

Ante este posicionamiento, se le preguntó a Rodrigo González Mireles si los legisladores, aunque sean de otro estado, están quedando a deber, como lo expuso la joven sin temor alguno.

“Me parece que es muy bueno escuchar a los jóvenes. En el Congreso de aquí no hemos tenido la oportunidad de llevar a cabo el Parlamento Juvenil, que sería también una ventaja para que se expresen.  Entendemos que los jóvenes tienen otra visión y ese es un problema que ha persistido desde hace mucho tiempo, y qué bueno que ahora se están interesando para poder cambiar el chip de esta generación, porque sí es una problemática que hay que dirimir. No sólo ellos, todos los ciudadanos deben exigir a funcionarios que demos buenos resultados”.

El congresista mencionó que existen múltiples contextos sociales que complican la situación de las familias, y añadió: “Los propios padres de familia deben estar al tanto de sus hijos, y las redes sociales hoy en día son el escape para muchos jóvenes. Esos posicionamientos son buenos, hay que tomarlos en cuenta”.

Esto, dijo, porque es sabido que a través de redes sociales hay grupos delincuenciales que reclutan jóvenes para diversas tareas dentro de su “empresa”, como llaman ahora a los cárteles. Principalmente los entrenan y deshumanizan para convertirlos en sicarios, obligándolos a cometer actos que caen en la barbarie.

También reconoció que los jóvenes de hoy ya no son como los de generaciones anteriores, pues exigen, hacen valer sus derechos y expresan su sentir de que el país está hundido en problemáticas como pobreza, desigualdad, falta de oportunidades, violencia y otros factores que provocan la desintegración familiar. Esto deja a niños, adolescentes y jóvenes a la deriva, con serias dificultades para convertirse en personas que aporten positivamente a la sociedad.

Uno de los temas más graves es el de los desaparecidos, una asignatura pendiente que en México no se aborda con la seriedad ni la importancia que merece, porque muchos jóvenes reclutados por el crimen organizado nunca vuelven a aparecer, y las autoridades competentes hacen muy poco o nada para ayudar a las familias.