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Juan Espinoza Jiménez

Desencanto

ES LO QUE hay en algunas parroquias y comunidades de Aguascalientes por el actuar del obispo Juan Espinoza Jiménez, ya que aseguran los fieles que, cuando llegó a “apacentar las ovejas”, era amable, escuchaba, iba a todos lados y la sonrisa no se le quitaba de la cara.

PERO QUIÉN sabe qué le pasó que de pronto cambió, y de ser cercano ahora nomás no atiende a nadie. Y es que está pasando un fenómeno que a pocos les gusta.

TIENE NO a uno, ni a dos, ni a tres, sino a varios sacerdotes castigados, o sea, que están impedidos por él para realizar cualquier actividad.

LOS MOTIVOS sólo los sabe el obispo y los curas que están en esa situación. De algunas comunidades han ido los 􀂿eles a pedirle que les regrese al sacerdote y, si es que Dios los ayuda y los recibe, el obispo se limita a decirles que “oren” por el cura en cuestión.

A OTROS ni siquiera logran pasar de la religiosa que funge como recepcionista en el obispado y que, más que predicar con el ejemplo aquello de la caridad y amor al prójimo, en ocasiones se comporta como soldado romano y poco falta para que saque el látigo.

ASÍ LAS cosas con el jerarca católico, que también se caracteriza por no dar conferencias de prensa, ni recibir a reporteros cuando se le busca.

EN SU HOMILÍA dominical dijo que hay que orar por el papa León XIV porque enfrenta muchos desafíos en la Iglesia, tanto al interior como fuera.

PUES AQUÍ las cosas tampoco andan tan bien. Y es que la otra es que varios han desertado del seminario porque hay un sacerdote ahí que les hace la vida no de cuadritos, sino que casi les hace vivir el calvario como a Jesús los que no lo querían.

EL RESULTADO es que esos seminaristas que desertan se van a otras diócesis, como Chihuahua o San Luis Potosí, en donde, mediante previo retiro de por medio, los aceptan para que terminen su preparación y luego sean ordenados sacerdotes.

¿PUES NO que hay que orar porque faltan obreros en la mies? Primero hay que quitar lo que hace que esos que buscan apacentar a las ovejas pre􀂿eran cambiar de lugar.

Y TODAVÍA el obispo se enoja cuando se le cuestiona por los sacerdotes pederastas y dice que por qué no se habla de los 300 que hay en Aguascalientes y que sí hacen las cosas bien.

PUES NI tanto, los tiene castigados y muchas ovejas andan muy desencantadas. No vaya siendo que no sólo sean las descarriadas, sino que se le vayan.

Y NO, NO hay que confundir. Una cosa es creer y ser católico, y otra es ser mudo y cómplice de las cosas que no están bien. Y también hay una máxima: “La voz del pueblo, es la voz de Dios”, y hay mucho pueblo que anda muy, pero muy decepcionado de su pastor. (BDR).