“Seguimos en una Sociedad con Mucha Estrechez Mental”

Imagen relativa a la nota.


Susan Any Rodríguez (Foto: Facebook Susan.Rodríguez)

Por Benny Díaz

 

Susan Any Rodríguez, activista y representante de la población transexual en Aguascalientes, asegura que es una falacia afirmar que se les apoya con oportunidades laborales, de emprendimiento o incluso con el acceso a vivienda propia, pues sencillamente no existe esa apertura por parte del sector empresarial para contratarlas, aunque cumplan con los perfiles y los conocimientos, pues por asumirse como personas del género opuesto al biológico enfrentan “discriminación y exclusión”.

“Las mujeres trans enfrentamos desafíos significativos en el mercado laboral, a pesar de los avances en algunos sectores, la situación de las mujeres trans en la entidad no ha cambiado sustancialmente. Muchas de ellas se ven obligadas a trabajar en la informalidad o en sectores como el trabajo sexual, donde encuentran abusos y discriminación por parte de autoridades”, manifestó la coordinadora de la Red Mexicana de Mujeres Trans en Aguascalientes.

A pesar de algunos avances, la situación sigue siendo adversa para muchas mujeres trans, quienes, aun con estudios universitarios, se topan con la falta de espacios laborales, porque somos más visibles y por lo tanto hay más discriminación y rechazo”.

Además, explicó, hay más mujeres transexuales que hombres, y estos últimos pasan casi desapercibidos, siendo más aceptados en las empresas formales que las mujeres.

“El estigma de que cuando eras afeminado o te asumes como mujer y te vistes como tal, usas maquillaje, tacones, bolsas y demás es algo que no soportan, es un estigma muy fuerte que pone la generalidad de las personas y si hay dos candidatas al puesto y aunque la mujer transexual tenga mejor perfil y preparación, a la hora de contratar, optan por la mujer cisgénero”.

Susan Any califica esto como un acto completamente discriminatorio, pues la manera de vestir o asumirse como mujer no debería afectar la capacidad de desempeño laboral: “Lamentablemente para nosotras son muy pocas las oportunidades, seguimos en una sociedad con mucha estrechez mental, altamente religiosa y que se rige por esas creencias”.

Aunque las autoridades prometen diálogo, la realidad, concluyó la activista, es que no hay avances, y deben buscarse la vida como se pueda.