Guadalupe Herrera, de 34 años de edad, fue asesinada y su cuerpo enterrado en una narcofosa en el municipio de Tepezalá.

La mujer había sido privada de su libertad desde octubre de 2024 en el fraccionamiento Fundadores, junto con su pareja sentimental, identificado como Roy “N” “N” “El Chilango”, quien también fue ejecutado.

El 11 de octubre de ese año, tres hombres armados ingresaron al domicilio de la pareja y se los llevaron por la fuerza en una camioneta.

Cámaras de videovigilancia permitieron seguir el rastro del vehículo hasta territorio zacatecano, donde su localización se perdió.

Meses después, en uno de los terrenos de Tepezalá, se localizaron cinco cuerpos en una fosa clandestina.

Roy fue identificado poco tiempo después; sin embargo, fue hasta este fin de semana que estudios de ADN confirmaron de manera oficial que uno de los cadáveres correspondía a Guadalupe.

El sábado 21 de junio, la Fiscalía General del Estado informó públicamente que Guadalupe había sido localizada con vida y reintegrada con su familia.

Sin embargo, los propios familiares desmintieron esa versión ante medios de comunicación, confirmando que la joven fue asesinada.

Hasta ahora no se ha revelado el móvil del crimen ni se ha informado si hay personas detenidas en relación con estos hechos.