“Hay que Trabajar Para que Haya una Comunidad más Pacífica”
Por Benny Díaz

Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes/ Correo Diocesano)
El libro del Apocalipsis muestra una visión del mundo que tiene como objetivo “dar esperanza real para que se superen los graves problemas que enfrenta la comunidad, como son persecuciones, deserciones, división, pobreza; pero nos invita a mirar hacia el futuro proponiéndonos una imagen del cielo nuevo, tierra nueva y esperanza maravillosa.
Por eso no se dejen engañar por los pesimistas, los profetas de la muerte, el desaliento que amenazan con la destrucción inexorable del mundo y ridiculizan la posibilidad de construir un mundo mejor”, manifestó Juan Espinoza Jiménez, obispo de la Diócesis de Aguascalientes, en su homilía dominical. El contenido del Apocalipsis, dijo, está basado en la nueva alianza y sellado con la pasión y el triunfo de Cristo sobre la muerte.
“Es un testimonio de la adhesión al amor visible de Jesús, quien dejó en su mensaje que la humanidad debe de amarse como él nos amó y para construir una comunidad que guardará entre sí sus mandamientos.”
Mientras no se entienda que “debemos construir una nueva sociedad y no vivamos en el amor, no se va a cambiar y de pronto surgen propuestas novedosas, pero siempre se quedan cortas porque no tienen como bases el amor y el respeto mutuo. No es el amor romántico y dulzón de los novios adolescentes o las promesas falsas de los profetas del bienestar. Jesús hizo un verdadero compromiso de entrega a los demás como lo hizo en la cruz, como él amó, hasta dar la vida.”
Esto no se ha comprendido en su real magnitud, insistió: “Entre las parejas son naturales las diferencias, pero debe de imperar el amor y los padres de familia no deben criar y educar a los hijos para luego pasarles la factura de que los cuiden en la ancianidad. El verdadero amor no mira sus propias conveniencias, y es así como se debe construir un mundo más humano y construir el reino que Jesús propone desde que dio su vida.”
El problema es que hay quienes se asumen como cristianos, pero se quedan cortos en el amor como lo propone Jesús y pocos realizan las cosas como debe ser, y esa es una de las principales causas “por la que tantos abandonan la iglesia, porque les falta dar testimonio mucho más abierto y decidido.
Vemos que en las comunidades hay verdaderos campos de batalla, enfrentados unos contra otros, no reconocemos a los demás que son imagen de Dios y eso afecta la fe, la buena voluntad para que no haya discusiones y que seamos capaces de superar los conflictos.
“Aprendamos el valor de la tolerancia y el respeto a la diversidad para mejorar, entender y practicar el amor para construir y crecer y para eso hace falta fe, apertura al cambio y disposición. No hay que ser llevados a la fuerza a como vivía Jesús en su vida humana, cristiana y convirtiéndose en evangelización auténtica”.
El purpurado exhortó a tratar con caridad y amor verdadero, “con los más pobres, los más necesitados, y aunque se tenga miedo hay que trabajar para que haya una comunidad más pacífica y no estar en la pasividad y la indiferencia ante las dificultades.
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