“Necesitamos Familias Comprometidas, que Guíen, Escuchen, Acompañen”
Por Benny Díaz

Mirna Rubiela Medina Ruvalcaba
El acoso y la violencia escolar son problemas profundamente arraigados, y lamentablemente, no se han abordado desde el núcleo familiar. Hay casos tan severos que han resultado en el fallecimiento de víctimas o en lesiones permanentes, tanto físicas como emocionales.
Por ello, “más que castigar, se trata de prevenir, y propongo que se modique la ley para que los padres de familia o tutores que estén a cargo de un menor que lleve a cabo esta práctica en contra de sus compañeros sean responsables de dichos actos”, declaró la diputada panista Mirna Rubiela Medina Ruvalcaba.
Dicha iniciativa fue aprobada por mayoría y se realizarán reformas al Código Civil y a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Aguascalientes, con el propósito de establecer con claridad que quienes estén al cuidado de menores –ya sea madre, padre, tutor o responsable– también deben asumir las consecuencias de los actos de los menores a su cargo.
El objetivo es “proteger a nuestra niñez y adolescencia, y hacerlo de forma clara, responsable y justa. No se busca castigar, sino prevenir y generar corresponsabilidad en el entorno familiar, sobre todo en casos de violencia escolar. Cuando un niño o una niña causa un daño, hay una responsabilidad que no se puede ignorar. No hablo sólo de daños materiales, sino también del daño moral, que deja huellas emocionales profundas”, subrayó.
En Aguascalientes viven más de 330 mil niñas, niños y adolescentes, y según datos estatales, seis de cada 10 casos de violencia escolar no reciben el seguimiento adecuado desde casa.
El DIF Estatal ha alertado sobre un aumento en los reportes de negligencia y falta de atención emocional por parte de padres y madres.
La diputada recalcó que esta legislación no pretende señalar a las familias, sino motivarlas a ser parte activa en la formación de valores, empatía y disciplina.
“La escuela sola no puede. El gobierno solo no puede. Necesitamos familias comprometidas, que guíen, que escuchen, que acompañen”.
Ahora, sólo falta determinar de qué manera y en qué medida se responsabilizará a los padres, madres o tutores cuando ocurra una situación de este tipo con los menores a su cargo.
Es necesario que los adultos se involucren de forma activa en la educación y desarrollo de los niños y adolescentes, inculcando valores, enseñándoles a distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, y sobre todo, brindándoles un adecuado cuidado de su salud mental, finalizó.