Hay que Vivirla Adecuadamente: Rogelio Pedro
Por Benny Díaz

Rogelio Pedroza González
“La Cuaresma es tiempo de ayuno y penitencia. Hay que prepararse para vivirla adecuadamente, y una de las cosas que debemos tener en cuenta es que el miércoles de ceniza da inicio a estos 40 días de reflexión sobre nuestra forma de vida”, declaró en entrevista Rogelio Pedroza González, vocero de la Diócesis de Aguascalientes. En todos los templos de la Diócesis se impondrá la ceniza en diferentes horarios, según los itinerarios de los párrocos.
En la Catedral, el obispo Juan Espinoza Jiménez estará presente en dos horarios: 12:00 del mediodía y 7:00 de la noche. La Cuaresma tiene su origen en los primeros siglos del cristianismo. Durante su desarrollo, se estableció que este período de 40 días tiene un significado especial.
En la Biblia, el número 40 aparece en varios libros: 40 días y noches duró el diluvio, 40 años anduvo el pueblo de Israel en el desierto, y 40 días de ayuno realizaron Moisés y Elías.
En la Iglesia primitiva, la Cuaresma se convirtió en un periodo de preparación para el bautismo de quienes se esta ban convirtiendo al cristianismo. Durante este tiempo, recibían instrucción religiosa y se preparaban espiritualmente para el bautismo, que se celebraba en la vigilia pascual.
A medida que la Iglesia Católica crecía y se organizaba, se establecieron normas litúrgicas, y la Cuaresma se convirtió en un tiempo de ayuno y penitencia para todos los fieles.
Hoy en día, algunas personas no consideran este tiempo como un periodo para ayunar, reflexionar y vivir una espiritualidad más profunda en relación a la Cuaresma y sus enseñanzas.
“La imposición de la ceniza es para recordar a los bautizados la fragilidad de la vida humana y que en algún momento volverán al polvo”, explicó Pedroza González. De ahí la importancia de darle un significado espiritual al ayuno, la abstinencia y la oración, según la doctrina.
El ayuno es obligatorio el miércoles de ceniza y el viernes santo, aunque por tradición algunas personas lo practican todos los viernes de Cuaresma.
La forma de ayunar consiste en desayunar algo ligero, comer de forma moderada, abstenerse de ingerir carne, y cenar de manera frugal. El ayuno es obligatorio para los mayores de edad, hasta los 60 años, pero se dispensa a los enfermos y a quienes se encuentran en situación precaria y sólo tienen carne para alimentarse.
La abstención de carne también aplica para el jueves y viernes santo, además del sábado de gloria y el domingo de resurrección. La proteína que sí se puede consumir es el pescado.