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José Manuel González Mota
…el e$pléndido alcalde…
Martín Orozco Sandoval
…el becado con $100 mil…
Manuel Espino Barrientos
…el pararrayos de Calderón…

UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
QUE NO HAY TOXS…

El folklórico y “e$pléndido” José Manuel González Mota, alcalde de Asientos, Aguascalientes, quien sería “digno” de entrar a Récord Guinness, por ser el primer y único presidente municipal de la historia universal de “becar” a un gobernador de estado con casi 100 mil pesos mensuales en detrimento de un pueblo empobrecido pueblo, asegura por el “osito Bimbo” que todos los ejecutados, sepultados en narcofosas y desaparecidos forza­damente en aquel municipio, fueron y son gente ligada al narco.

Tsss… ¿te cae?

Que porque, asegura, que “entre ellos se dan”, y ejemplifica:

“Mientras que haya consumo van a vender esas sustancias, por eso son problemas de ellos, a la gente que tra­baja la dejan en paz”, subrayó.

¿Le cree usted al camaleón oportu­nista que lo mismo milita en el PRI, PAN, MORENA o cualquier otro par­tido político que le ofrezca un sustanti­vo hueso como candidato a un cargo de elección popular u lo que sea?

Por supuesto que no, porque además él mismo se coloca la soga al cuello al asegurar que la raza de bronce zacate­cana huye del vecino estado por temor al narco y se viene a Aguascalientes a trabajar la tierra:

“Sólo vean –dice González Mota– cómo están los sembradíos por la carretera 45: hay jitomate, cebolla, tomatillo, porque allá a quienes afecta­ron fueron a los hortaliceros”.

Entonces, no es porque los nar­cos –señor alcalde– no se metan con quienes trabajan, sino porque aquí en Aguascalientes, encontraron la segu­ridad que en su propia tierra no tienen.

Pero, entonces, ¿de dónde son tantos ejecutados y enterrados en narcofo­sas?, Sánchez Mota, como autoridad que es, debe saberlo, ¿no cree el lec­tor? Porque eso de que los narcos no se meten con la gente que trabaja, es una real mentira: los envenenadores van contra la gente que trabaja porque es la que produce el billete, mientras que el narco lo único que produce es droga­dicción y muerte, son como aquellos que se dicen periodistas y se alquilan con políticos de ocasión, para robar títulos de periódicos y hacerse pasar como lo que nunca fueron ni serán ja­más: periodistas.

En fin: son la misma gata pero revol­cada y. pensar que una extirpe de esas nos llegó de Teocaltiche, Jalisco, donde el tronco era robavacas y, como la po­licía ya le pisaba los talones, puso pies en polvorosa a esta tierra; el final de esa historia ya la sabe el lector: todos los caminos llevan a Quinta Avenida.

“NI BORRACHO NI RATERO”…

El usurpador Felipe Calderón Hino­josa, que llegó a Los Pinos mediante escandaloso fraude electoral, que está escrito en la historia de México, gracias a Vicente Fox y a la oligarquía, que moría de espanto porque “Andrés Ma­nuel Lopez Obrador es un peligro para México’, regresó de España y concedió una larga entrevista (a modo) al conduc­tor y productor Yordi Galo Rosado (no es albur) Álvarez, quien en vano intentó lavarle la cara al chapatín.

Confieso que no vi completa la entre­vista porque no estaba tan interesante como presumían y pues, la verdad, me ganó el sueño esperando que hablaran de Genaro García Luna; no obstante de que el chapatín michoacano me hizo reír, al jurar y perjurar que no es alco­hólica y sí deportista.

Que no se enriqueció en la Presiden­cia de la República “pues no robé a pesar de que me lo reprocharon (sic)”, subrayó.

Me cae que no logré evitar una carca­jada que, de seguro, despertó al vecin­dario, pues vaya que fue estruendosa ¡juarjuarjuar!; una sola vez he visto a don Calderón de cerca y fue en una fiesta que dio un gobernador en su rancho y, la verdad, que me sorprendí porque sí es bajo de estatura y ya an­daba el pedazo de hombre a “medios chiles”, se veía vaciado por su parecido con “Borolas” y andaba a risa y risa.

Otra de sus mentirijillas que le ca­ché fue cuando a pregunta expresa de Yordi, le contestó que tenía 25 años de vivir en su actual casa, lo cual es otra falsedad porque esa residencia la com­pró en 2003, en cuanto Vicente Fox le dio el huesito de director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públi­cos y él mismo se autorizó millonario crédito hace 22 años, no 25.

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Felipe Calderón Hinojosa
…“no soy ratero ni borracho”…
Carlos Castillo Peraza
…el mentor de Calderón…
Olga Wornat Fernández
…“Felipe el Oscuro”…

Ya después, como presidente, su casa creció y creció “y ahora tiene muchos árboles porque soy amante de la na­turaleza gracias a mi padre que me enseñó a amar a la naturaleza” y que, presume, fue escritor y fundador del PAN en Michoacán.

Dice Felipillo que él no es rico por­que no robó un sólo centavo y que vive más o menos bien, gracias a las conferencias que dicta; que en España se trasladaba en bicicleta, como tam­bién lo hace en la Ciudad de México, aunque seguido cambia de ruta por cuestiones de seguridad.

Hasta ahí aguanté, pues el sueño me venció, pero en la primera oportunidad me chuto el resto.

LA LECCIÓN DEL MAESTRO MANUEL BUENDÍA…

En casi medio siglo de intento de perio­dista he tenido muchos maestros invo­luntarios: los mejores, entre ellos Ma­nuel Buendía Téllezgirón (1926-1984), autor de una de mis máximas preferidas:

“Si yo veo una ave palmipeda, que parece pato, camina como pato, grazna como pato y nada como pato, tengo todo el derecho de deducir que es un pato; así, aunque Felipe Calderón Hinojosa lo niegue, deduzco que el expanista es alcohólico: son muchas las personas cercanas a él que en su momento lo han expresado de viva voz con pelos y señales, como su entonces mentor Carlos Castillo Peraza, que le dedicó la siguiente carta:

“Estimado Felipe: Te pongo por escrito lo que había pensado decirte anoche de viva voz, en la reunión que no pudimos tener.

“1) El sábado y domingo inmediatos anteriores participé en una junta a la que convocó Toño Lozano y en la que también estuvieron presentes –además de Toño y de mí– Adrián, Jordi, Ge­rardo, Juan Ignacio, Raúl, Luis y Salvador, si mal no recuerdo. La junta se desarrolló en un clima agradable, de discusión normal y de camaradería en­tre los presentes. Al terminar, el domin­go, algunos partimos hacia Cocoyoc a esperarte para otra reunión que estaba programada para lunes y martes.

“2) Llamó empero mi atención que, individualmente o en grupos menores del reunido, campea un sentimiento de frustración, de hastío y de hartazgo en relación con tu modo de encabezarlos. Las quejas generalizadas son que, al parecer, nadie puede darte gusto, que das órdenes y las cambias, que pides trabajos intempestivamente –lo que frena las tareas en curso–, que invades las competencias de todos y cada uno de ellos, que los maltratas verbalmente en público y que mudas constantemen­te de opinión, tardas en tomar deci­siones, das marcha atrás, no escuchas puntos de vista de tus colaboradores y haces más caso a “asesores de fuera” que a los miembros del equipo que qui­siste fuese el tuyo. Se refirieron a con­trataciones hechas por ti sin siquiera avisar al responsable del área afectada, y de `saltos’ de autoridad de tu parte y de parte de `Cocoa’, que producen desorden, inseguridad y disgustos en tu estructura `staff’.

“Salvo Toño Lozano, todos los ahí presentes expresaron más o menos sentimientos análogos y, lo que es peor, algunos manifestaron que ya esta situación se les volvía personalmente `insoportable’ y opinaron que era per­judicial para el CEN y dañina para el partido. Llamó mi atención que nadie pudiera dar opinión decidida y clara, y que todos manifestaran, en su turno de dar a conocer sus planes y proyectos, `a ver qué dice Felipe’, con inseguri­dad y con un sentimiento de que tú no confías en ellos. Esto ha trascendido y se comenta en círculos externos, tanto políticos como sociales.

“3) Luego, en Cocoyoc, llamó asi­mismo mi atención un tema reiterado de conversación: el de las aventuras más que frecuentes –etílicas (sic) y de­más– de algunos de tus colaboradores. Entendí o creí entender entonces por qué la vida comienza después de la 10 de la mañana en el CEN, e incluso a esa hora los escritorios están poblados de tazas de café, vasos de refresco y comestibles; porque es difícil encontrar a alguien entre las 3 y las 6 (a veces hasta las 7) y por qué en días como el de ayer, a las 8 de la noche ya no hay virtualmente a quién dirigirse en las oficinas de Ángel Urraza.

“También –al verte actuar y al verlos actuar a ellos– noté esa inseguridad de ellos, hija del sentimiento de des­confianza que se ha generado entre los miembros de tu equipo, de resignación y aguante leales, pero desalentados.

“Alguno de ellos –y no Luis Correa– comentó que `Felipe está más solo que nunca, pero él es quien ha querido estar así porque no confía en nadie. Esto nos hace trabajar sin impulso propio. Tenemos que esperar a ver cuál es su ocurrencia del día’. Tu `operativo’ no opera porque espera(n) que tú digas qué y cómo, con tal de no recibir repri­menda pública o privada; se desanima por la invasión de funciones y las sus­picacias que siente de tu parte.

“Los sentimientos y las actitudes del equipo nacional impactan a dirigentes municipales y estatales, a funcionarios y legisladores. Todo esto quería co­mentar contigo anoche. Porque te esti­mo y te admiro, porque me preocupan el CEN y el partido. También quería reiterarte mi parecer negativo en rela­ción con tu eventual viaje a París. No voy a repetirte argumentos que ya te expresé de viva voz y te hice llegar por escrito. Sencillamente, añado a ésos los que podrás deducir de mi intervención en Cocoyoc relativa a la coyuntura úni­ca e irrepetible que nos proporcionará el triunfo de Jalisco para que Acción Nacional recobre, en tu persona, el perfil que se ha ido disolviendo por los sucedidos de agosto y septiembre en la Cámara, y el liderazgo –al menos en términos de imagen– que tú y la insti­tución han visto irse mermando.

“Asimismo, quería haberte dicho algo relacionado con las relaciones inter­nacionales y que exige una decisión inmediata para echarlo a andar. Ahora sé que habrá que esperar el regreso de París para hacerlo: dos semanas más de retraso. También hacerte saber que me resultó doloroso que me dijeras, el día que comimos, que yo no usara el puesto `en mi beneficio personal’. Ahora tengo que añadirte que me pare­ció desconsiderado de tu parte no haber acudido a la cita de anoche, sin siquiera haber avisado, y que me dolió y pre­ocupó haberme enterado por boca de subalternos menores que el presidente del partido salió de la oficina `muy bien servido (sic)’. Si tus colaboradores cer­canos tienen razón, sé que esa carta te disgustará, como dicen que te disgusta cualquier juicio crítico de parte de ellos. No fue mi intención molestarte, sino hacerte saber lo que advierto en tu círculo más próximo, al cual acabo de tener acceso, y que me preocupa mucho. En mi situación personal, de­círtelo es un deber y, además, yo ya no tengo nada que perder dentro ni fuera del CEN, en el interior del partido o hacia el exterior de éste.

“Recurrí a escribirte estas líneas por­que saldré a París el lunes y sé que ya no podremos tener la oportunidad de hablar hasta después del 12 de noviem­bre, fecha en que regresaré de Europa, pues –por mi propia cuenta– iré a Suiza a arreglar asuntos personales que tie­nen que ver con el cobro de mis coti­zaciones a la seguridad social de allá, pues el plazo para hacerlo ya comenzó (¡20 años después de mi regreso de ese país!) y es un dinero al que tengo dere­cho y, además, necesito. Si decidieras ir a París, avísame para que yo vaya directamente a Berna y vuelva cuanto antes, sin pasar por la reunión de la IDC: con la presencia del Presidente basta y no veo justificado que el partido gaste en dos viajeros; yo pagaría mi viaje completamente, si es el caso. Un abrazo panista a sueldo, no”.

Desgraciadamente el abogado y pe­riodista, panista de viejo cuño, maestro de Felipe Calderón, no regresó con vida de aquel viaje, pues murió en sep­tiembre de 2000, en Bonn, Alemania, a los 53 años.

Y CON ESTAS ME DESPIDO…

De Humberto Moreira, exgoberna­dor de Coahuila, a Felipe Calderón:

“Vemos una característica que tie­ne Felipe Calderón con Victoriano Huerta, es un usurpador, llegó a donde no tenía que llegar, había una presión política, en el país estaba a punto de estallar un movimiento, una inconfor­midad, y entonces tuvo la genial idea, entre comillas, de inventar una guerra.

“La elección presidencial de 2006 la ganó Andrés Manuel López Obra­dor, y en su afán de afianzarse en el poder, Calderón inició una ‘guerra’ contra el narco.

“Se atrevió a robarse la presidencia, si se la robó a Andrés Manuel, que no se atreva a hacer cualquier barbaridad.

De Javier Espino Barrientos a Olga Wornat:

Felipe es inseguro, colérico, insulta a todos, te acusa sin pruebas. Si le das consejos, desconfía. Por eso me alejé, porque no estaba dispuesto a aceptar sus madreadas. Toma alcohol y se pone peor, tiene un grave problema con eso. Yo viví varios episodios desagradables. En 2001 reunimos a 206 diputados panistas en un hotel de Querétaro, el Jurica. Hubo una cena de bienvenida y todo estaba bien. La reunión era im­portante. Me fui a dormir temprano, y a las dos de la madrugada me llaman por teléfono. Era el senador Zapata y me pide que baje, porque Felipe es­taba borracho peleándose a los gritos con el mesero, quería más bebidas, y el gerente estaba muy molesto. ‘No insulte a los meseros; le decia el geren­te. Pedimos disculpa al hotel y arras­tramos a Felipe a la habitación. No podía pararse y lo tuvimos que sacar los pantalones y acostarlo. Al otro dia cuando desayunamos, estaba de lo más tranquilo. Nada había pasado…

“-¿Le comentó algo?

“-Le dije que tenía que pedir discul­pas, ‘Felipe, cometiste un grave error. Y se puso como un chavo. ‘Qué hago’, me preguntó, como si yo fuera su pa­dre’. “Te vas y les pides disculpas a todos’. Me abrazó y me pidió ayuda. ‘Manuel, cuando me veas así, sácame del lugar , dime que le pare, cabrón’. Le dije que sí, como un pendejo. Duró dos meses bien y un día otra vez comenzó. Cuando le dije que no tomara más, me miró furioso y dijo: ‘Qué haces? ¿Me estás jodiendo?’. Me levanté y me fui. No tengo vocación para sacar borrachos de las cantinas. Nuestra amistad se fue debilitando. No sabe de qué se trata la ‘cultura del perdón, no puede con eso. En este sexenio se han hecho cosas que no pensamos y no predicamos. Me arrepiento de las miles de pendejadas que hice por él. Fui cómplice en muchos ilícitos, pero él nos mintió y nos traicionó a todos’”.

De este tamaño es el pequeño Felipe Calderón, ¿qué os parece al lector?

* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 20).