“No hay Liberación con Tantos Migrantes Expulsados de EU”

Por Benny Díaz

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Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes/ Correo Diocesano)

“La pobreza impide salir adelante a las personas, oprime al ser humano y no sólo se trata de la material, hay distintas manifestaciones como la educativa, cultural, religiosa, moral, entre otras”, fue parte de la homilía de este domingo del obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez.

En el Evangelio de San Lucas, en el capítulo 1, versículos del 1 al 4 y en el capítulo 4, versículos 14 al 21, habla de cómo Jesús anduvo predicando en las sinagogas y un sábado llegó a la de Nazaret y se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: “El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.

Terminó y se fue a sentar, los presentes se le quedaron viendo y Jesús dijo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.

Ante esto el obispo dijo que todos aquellos que “seguimos a Jesús debemos aplicar todo esto en la actualidad y no verlo como algo que es historia”.

Porque “Jesús es el ungido y tuvo la misión de anunciar el reino de Dios que está dirigido a todos los hombres, especialmente a los más pobres y en la vida de predicación hay que enfocarse en quienes más lo necesitan que son los oprimidos, humillados y por eso Jesús en su vida pública los lleva como preferidos porque no es un invento de un teólogo, tampoco la moda que haya puesto en circulación algún Papa, es Jesús quien instruye a sus seguidores a seguir predicando su palabra ante tantas opresiones”.

El purpurado instó a la feligresía a reflexionar porque “en la época en que nos ha tocado vivir somos testigos de los avances tecnológicos y científicos, parece que el ser humano quiere llegar al nivel más alto, pero ha sucedido lo contrario, porque nos hemos deshumanizado día con día y hay distintas constituciones y leyes civiles a lo largo y ancho del mundo de las que se ha borrado la palabra esclavitud, pero la opresión no se ha erradicado de las sociedades y Jesús vino a anunciar la liberación de los cautivos y es una expresión que se dice puede ser de manera rápida y sencilla en tiempos de paz, pero estamos en tiempos complicados en donde hay opresiones, hay comunidades presas del miedo que nos lastima y debería indignarnos hablar de libertad cuando ha sido sofocada por la inseguridad y la violencia a lo largo y ancho del país”.

Y fue más allá: “No hay liberación cuando hay tantos migrantes amenazados y expulsados del país vecino, tampoco podemos hablar de liberación a tantos adolescentes, jóvenes y adultos que son presos de las drogas, el alcohol y otros vicios que les denigran y destruyen.

“El deber de la Iglesia, como lo dijo en su momento el Papa Pablo VI, es la liberación total con fundamento en Jesús y hay que alentar, acompañar y estar insistiendo en la necesidad de vivir en libertad, de poder trasladarnos de un lugar a otro sin temores porque la palabra de Jesús es liberadora, no sólo del pecado, también de las ataduras externas y fue proclamada en defensa de los oprimidos, excluidos… de los más pobres”.

Quienes se asuman como seguidores de Jesús “debemos no sólo decirlo, también actuar, porque hay personas que nos encontramos en la calle y volteamos a verlos con desprecio y eso no es ser cristiano. Tampoco hacemos caso de la viejita que vive sola y está enferma, no se visita a las abuelitas, hay indiferencia hacia los más desprotegidos y desvalidos, aquellos que son humillados.

En estos tiempos de globalización, los cristianos debemos globalizar el poner atención al sufrimiento de los más pobres en toda la tierra y poner atención y ayudar a los más desfavorecidos”.