Fallece Madre de Familia; su Hermano Está Gravemente Herido
En este puente ferroviario sucedió la tragedia, la noche del domingo pasado
Cinco integrantes de una familia fue arrollados por el tren cuando intentaba cruzar un puente ferroviario, justo en la parte trasera del fraccionamiento San Javier, al sur de la ciudad. Desafortunadamente, una madre de familia falleció; su hermano y tres infantes resultaron lesionados, el primero de gravedad.
La hoy occisa fue Alejandra Reyes, de 29 años de edad; Daniel Reyes, de 24, fue llevado de urgencia a un hospital, y las otras víctimas son dos niños, de siete y 10, y una niña de 10.
La trágica historia comenzó a escribir la tarde del domingo, cuando la señora; su concubino Sergio Eduardo Vital González, de 32 años, con quien apenas tenía 15 días de haberse “juntado”; su carnal y sus vástagos, acudieron al centro comercial Villasunción para realizar la compra de víveres y adornos de Navidad.
Llegada la noche, y ante la carencia de dinero para regresar en transporte público a su hogar, situado en el fraccionamiento Hacienda San Marcos, aledaño a la comunidad Los Arellano, decidieron irse caminando.
El recorrido naturalmente fue lento, debido a que los menores no avanzaban al mismo ritmo que los adultos, quienes los animaban a no aflojar el paso.
Durante el fatigoso trayecto, el grupo decidió internarse hacia los asentamientos al este del bulevar José María Chávez y su continuación, la carretera federal 45 sur, y cerca de las 23:00 horas la familia caminaba por la parte posterior del fraccionamiento San Javier, situado al sur del fraccionamiento Villa Sur.
Poco antes, Sergio Eduardo se separó: “adelántense, ahorita los alcanzo”, les dijo, pues se dirigiría a un coto cercano en donde labora, para recoger su mochila y herramientas.
Al llegar justo a la esquina donde está la planta tratadora de aguas Villa Sur, junto el arroyo San Francisco, el ahora quinteto decidió pasar por el puente del tren, única opción para cruzar, pues los únicos caminos que atraviesan el cuerpo de agua están a una distancia considerable, la 45 sur o la carretera estatal 110.
Tampoco era una opción sensata bajar por la ribera y atravesar el arroyo a pesar de que el nivel del agua era bajo, ante el riesgo de alguna caída o quizá toparse con algún animal ponzoñoso, y luego todavía escalar.
Lo más seguro parecía atravesar el no tan largo puente, para seguir por un costado del camino de hierro hasta llegar a la avenida Ferrocarril y continuar hacia el todavía lejano Hacienda San Marcos.
Sin embargo, por azares del destino, cuando atravesaban el mentado puente, de pronto escucharon que se aproximaba velozmente el tren. No hubo silbatazo que los pusiera en alerta.El accidente ocurrió en unos cuantos segundos.
Desesperados, la mujer, su hermano y los menores comenzaron a correr de regreso, hacia el norte, pero era demasiado tarde: los cinco fueron embestidos, cayendo cuatro de ellos al arroyo y un niño quedó en un hueco del estribo.
Este pequeño, como pudo, logró subir y desesperado comenzó a gritar pidiendo ayuda.Nadie lo oía, pues es una zona inhóspita. Fue el propio Sergio Eduardo, quien ya había recogido sus pertenencias y retomó el camino, quien oyó los desgarradores alaridos.
Corrió y halló al desesperado infante junto a las vías. De inmediato, sacó a los otros niños del arroyo y pidió ayuda vía telefónica.Pronto llegaron policías y bomberos municipales, así como paramédicos de la Cruz Roja.
Por la madre de familia no pudieron hacer nada: quedó muerta en el agua poco profunda, junto a las bolsas que cargaba.
Daniel, por su parte, fue sacado del arroyo y llevado de urgencia al Hospital Miguel Hidalgo, donde los médicos hacen todo lo posible por salvarle la vida.
Los pequeños fueron trasladados al Hospital 1 del IMSS, en código verde y amarillo.
También arribaron elementos de la Fiscalía General del Estado para iniciar con las indagatorias y al concluir trasladaron el cadáver al Servicio Médico Forense.
Del tren se desconocen detalles, pues probablemente el conductor no se dio cuenta del terrible percance, pues continuó su camino como si nada hubiera pasado.
