“Se Despoja al más Pobre Para Enriquecer al más Rico”

Por Benny Díaz

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Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes /Correo Diocesano)

“Seguimos como en la época de Tiberio, el emperador romano que gobernaba cuando Jesús fue juzgado; se despoja al más pobre para enriquecer al más rico; hay desigualdades, injusticias y el mundo está plagado de procuradores que saquean el bolsillo de los más pobres con sus cuotas para enriquecer más al poder que lo definen leyes y constituciones, ejércitos, lavados de cerebro y dádivas con promesas de un mundo mejor que resulta ser ficticio porque es a base de avaricia, codicia, popularidad, un reino para los más fuertes que se van imponiendo”, fue parte de la homilía del obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez.

Esto en alusión al Evangelio de Juan, capítulo 18 en sus versículos 33b al 37, en donde Poncio Pilato cuestiona a Jesús si es rey, a lo que le responde que sí, pero que su reino no es de este mundo.

“Recordemos que Pilato no puede considerar un reino que no está fundamentado en el poder, sino el servicio, perdón y amor. Jesús no llama a Dios rey, prefiere llamarle padre y eso nos convierte en hermanos, esa fraternidad alcanza a todos, no polariza, por eso ve amenazados sus intereses porque el reino de Dios no excluye a nadie, incluye a los que tienen hambre y sed de justicia, también a los que son perseguidos por una causa justa (sic)”.

El purpurado resaltó que en el mundo actual “se sigue persiguiendo la verdad. En muchos países y comunidades niegan los derechos de Dios y de la Iglesia.

Hay quienes buscan sólo servicios religiosos, ceremonias especiales de bautismos, XV años, primeras comuniones de manera particular e intentan comprar lo sagrado son soborno de dinero y no les gusta que la Iglesia exija que tengan una preparación para recibir los sacramentos, tampoco les gusta que la Iglesia hable y se pronuncie sobre lo que Dios pide: la manera en que se planifica la familia, las uniones homosexuales, renta de vientres maternos, eso no les gusta, que se hablen de sanas relaciones laborales y prefieren convertir su vida cómoda de pecado, pero una Iglesia miedosa e interesada, que esté de lado de los poderosos no le sirve a Jesucristo, así jamás se podrá instaurar el reino de Dios en este mundo, preguntémonos si nosotros, como creyentes, estamos dispuestos a ser testigos de la verdad y construir el reino de Dios en el mundo”.

El jerarca católico resaltó que cuando la familia y la sociedad asuma los valores del Evangelio en su corazón y se perdona, ahí reina Cristo, igual que lo hace con el enfermo que acepta su padecimiento, los perseguidos por su coherencia de fe, quienes se gastan la vida sirviendo a los demás, quienes cumplen con sencillez con sus obligaciones diarias como “padre, madre, hijo, estudiante, obrero”.

El reino de Dios es de “justicia, amor, paz y verdad; como hicieron nuestros ancestros, aquellos que tuvieron la fortaleza de defender la fe hace 100 años cuando hubo la persecución cristiana, unámonos en un grito como se escuchó en casi todo México: ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva Cristo Rey!”