Inhumaron el Cadáver en una Nave Industrial

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En esta nave industrial fue enterrado el cadáver

Dos hermanos asesinaron a sangre fría a un empresario de la Ciudad de México a quien le debían varios millones de pesos y enterraron el cadáver en una nave industrial, construyendo rápidamente sobre la fosa un piso e instalando una oficina.

Los delincuentes creían haberse salido con la suya, pero las autoridades no tardaron en ubicarlos, atraparlos e interrogarlos, logrando que confesaron el escalofriante crimen.

Los homicidas son José Pablo Salinas Jiménez, director financiero de Econ Saex y el ingeniero Javier Salinas Jiménez, ingeniero de Proyecto de la misma empresa, de la cual su padre, Víctor Salinas Marín, funge como director general.

La víctima mortal fue Manuel Rafael Ramírez Gutiérrez, quien estaba próximo a cumplir 43 años. Al cierre de esta edición, estaba pendiente la emisión de la orden de aprehensión contra los asesinos por los delitos de homicidio e inhumación clandestina.

Por ahora, se les mantiene detenidos por el delito de cohecho, ya que al momento de su captura intentaron sobornar a los agentes.

Los Hechos

De acuerdo con información extraoficial, todo comenzó el pasado lunes 10, cuando Manuel Rafael, empresario de la Ciudad de México “y dueño de algunas naves industriales en Aguascalientes”, arribó a la entidad para cobrar la renta de una nave –situada en la calle Municipio de Calvillo, en el Parque Industrial del Valle de Aguascalientes (PIVA), San Francisco de los Romo– a los hermanos Salinas Jiménez.

Trascendió que son varios millones de pesos los que José Pablo y Javier le debían a Manuel Rafael, a quien intentaron engañar realizando una “transferencia fantasma”, por lo que el hoy occiso llegó a Aguascalientes para hacer efectiva la cobranza.

Sin embargo, cuando Manuel Rafael le exigía a los hermanos que cubrieran el elevado adeudo, en la nave industrial de la calle Municipio de Calvillo, la discusión se elevó de tono y, al parecer, José Pablo le dio un balazo en la cabeza al arrendador.

Todo indica que el crimen ya estaba planeado, pues los carnales metieron el cadáver en una bolsa negra y lo arrojaron a una fosa de unos dos metros de profundidad.

Posteriormente la cubrieron con tierra, gravilla, piedras, realizaron una cimbra de varillas, y contrataron una revolvedora para cubrir todo con cemento.

Finalmente construyeron una oficina con tablaroca, con el evidente propósito de que nunca fueran localizados los restos.

La Captura

Al notar la ausencia de Manuel Rafael, sus familiares, entre ellos su esposa, arribaron a Aguascalientes y lo reportaron como desaparecido en la Fiscalía General del Estado, la cual emitió una boletín de búsqueda.

Personal de la Unidad Especializada en Materia de Localización de Personas tomó cartas en el asunto, obteniendo toda la información por parte de la familia del empresario, incluyendo un dato fundamental: había avisado que se reuniría con los Salinas Jiménez.

Los agentes, en coordinación con elementos de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos de Alto Impacto de la Comisaría General de Investigación Criminal, localizaron a los hermanos Salinas Jiménez.

Según información extraoficial, la madrugada del jueves 14, en cumplimiento a una orden de cateo, los investigadores “reventaron” la casa número 64 de la calle Frontera, en el fraccionamiento Campestre, y detuvieron a José Pablo y a Javier, localizando además una pistola escuadra.

Los consanguíneos ofrecieron cierta cantidad de dinero a los policías investigadores para evitar su detención, por lo que fueron detenidos por el delito de cohecho y puestos a disposición del Ministerio Público de guardia en la AEIC.

El Hallazgo del Cuerpo

Al ser interrogados, los hermanos Salinas Jiménez no tardaron en caer en contradicciones y confesaron el asesinato de Manuel Rafael y haberlo enterrado en la nave industrial que les rentó.

Con una orden de cateo, irrumpieron en el sitio elementos de la Dirección General de Investigación Pericial, de Homicidios, del Grupo K9 y bomberos del estado.

Utilizando herramienta especial y una retroexcavadora, echaron abajo la oficina de tablaroca y comenzaron a escarbar tras retirar el concreto, la cimbra de varillas y la gravilla, hasta que tuvieron a la vista el cadáver dentro de una bolsa negra.

Los peritos trasladaron el cuerpo al Servicio Médico Forense, en donde la necropsia arrojó que el malogrado empresario murió de “herida producida por proyectil disparado por arma de fuego penetrante de cráneo”.