“Lo Dominan, Explotan y Manejan a su Antojo”

Por Benny Díaz

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Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes/ Correo Diocesano)

“Hay que dar una mirada a la realidad de los gobernantes de América Latina, se sienten dueños del pueblo, lo dominan, explotan y manejan a su antojo, como siervos a su servicio y autoridad, con el propósito e interés del despotismo y Jesús no quiere eso para sus seguidores, dejó unas bases distintas de cómo deben ser las comunidades y en el Evangelio nos interpela a los bautizados”, dijo el obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, en su homilía dominical.

Esto en alusión al Evangelio de San Marcos capítulo 10, versículos 35 al 45, en donde los apóstoles le piden a Jesús que les conceda sentarse en su gloria, a su derecha y a su izquierda.

“Los milagros, las curaciones, las enseñanzas de Jesús habían caído en saco roto porque los apóstoles seguían buscando puestos de honor y privilegio, no habían entendido que hay que dejar la soberbia de lado y todos los honores a los que hay que renunciar aquellos seguidores del maestro”.

El purpurado resaltó que Jesús dejó claro en sus enseñanzas el modelo de sociedad que deben tener aquellos que son sus seguidores, y “está centrado en el servicio, en el proyecto de entrega total a los demás y no como esas naciones que las gobiernan como si fueran los dueños y poderosos, que oprimen. Los apóstoles tenían una imagen de sociedad jerarquizada en donde se quejaban de los gobernantes, pero aspiraban a gobernar con el único modelo de estar por encima de todos y no importaba la tiranía”.

Ante esto, “parece una utopía lo que Jesús invita a hacer a sus seguidores: vivir en una sociedad en donde quien tenga el poder lo haga en servicio y preocupación por el más necesitado y se escuche al pueblo”.

Lamentó que pasan los siglos y no se haya conseguido esto que Jesús dejó claro de cómo hay que ser en una sociedad cristiana, “vemos que los que están gobernando siguen el mismo modelo de enriquecimiento y de servirse de lo que pertenece al pueblo, están por encima de todos y tiene su única verdad, gozan del fuero que les permite impunidad.

El Evangelio critica fuerte a las sociedades que son organizadas así, que sirven para enriquecer a unos cuantos, mientras la gran mayoría permanecen en la pobreza, recibiendo migajas, mientras que los que tienen el poder tienen la intención de comprar voluntades”.

Los primeros que deben buscar generar el cambio son aquellos que creen en Jesús, “empezando por el obispo, sacerdotes, religiosas, religiosas, laicos que coordinan movimientos o que están en algún grupo de pastoral. Jesús nos cuestiona para que tengamos un servicio específico y no por ser de los más importantes que los demás demos espacio a la soberbia o a sentirnos superiores que los otros, las comunidades cristianas deben estar regidas por la fraternidad, igualdad, equidad y no son suficientes los discursos, sino la vida que predicamos”.

Invitó a analizar “las parroquias, los equipos movimientos, si en ellos se vive la fraternidad y la amistad, si están al servicio y ayuda de los otros como ha implantado el modelo de sociedad que Jesús quiere, para los obispos es un reto grande con los presbiterios de las diócesis vivir en un proyecto de fraternidad y no es sencillo, pero hay que tener una buena comunidad como lo desea Jesús y estamos todos invitados a intentarlo y evitar el mal comportamiento de sentirnos superiores, hay que estar al servicio total y radicar y no caer en las tentaciones del poder”.

El jerarca católico cree que con el quinto plan diocesano de pastoral se tiene una “herramienta para el servicio sinodal, misionero, promover la fraternidad, igualdad, justicia y paz, esto mismo se debe aplicar en la familia y quien es el más importante, quien tiene el poder, quien es el más grande, ojalá que aplique la lógica de Jesús de servir sin medida a los demás, ojalá que esa imagen se lleven el papá y la mamá para que lo apliquen por el bien de su familia”.