Intentó Desarmar al Criminal

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A la izquierda, el negocio en que irrumpió el par de delincuentes; a la derecha, el teléfono que recibió un tiro que iba destinado a otro muchacho

Un joven resultó herido de bala al enfrentar a dos criminales que asaltaron una tienda de tenis, en el fraccionamiento El Roble, mismos que lograron escapar.

La víctima es Adrián Randol Rangel Collazo, 19 años de edad, quien recibió un tiro en el cuello y otro en la mandíbula, heridas que lo mantienen en condiciones sumamente críticas en el Hospital Miguel Hidalgo. Además, otro muchacho salvó la vida, pues a pesar de que uno de los maleantes le disparó, el proyectil hizo blanco en su teléfono celular.

Los hechos ocurrieron al filo de las 19:30 horas de ayer, en el negocio Tenis G5 Sneakers, situado en avenida Independencia 1324-B, casi esquina con avenida Canal Interceptor, en el fraccionamiento El Roble, en donde se encontraban una señora de aproximadamente 50 años; su hijo Adrián y otro muchacho, de 18.

De pronto, arribó un taxi del que descendieron dos delincuentes, los cuales se hicieron pasar como clientes, pero tras echar una ojeada en el local, uno de ellos sacó una pistola y amagó a las tres personas, exigiendo el dinero de la caja registradora.

Cuando se apoderaban del dinero, el valiente Adrián intentó quitarle el arma al pistolero, pero éste se impuso y le descerrajó dos tiros. Los cobardes atracadores corrieron hacia el vehículo de alquiler y detrás de ellos el otro joven, por lo cual el aspirante a homicida le disparó, pero venturosamente hizo blanco en el teléfono celular, momento en que escaparon a toda velocidad.

La señora, mientras tanto, subió a su vástago a su vehículo y de urgencia lo trasladó a la Unidad Médico Familiar del IMSS, en la esquina de avenida Convención y Petróleos Mexicanos, en donde increíblemente no había ningún médico.

El personal abordó al herido a una ambulancia para llevarlo de urgencia al Hospital Hidalgo, en donde al cierre de esta edición los médicos hacían todo lo posible por rescatarlo de las garras de la muerte.

En el lugar del crimen, personal de la Fiscalía encontró un casquillo percutido calibre nueve milímetros, una esquirla y el teléfono destrozado por el disparo.