El Prelado Recuerda a sus Siete Predecesores

Por Benny Díaz

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Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes/ Correo Diocesano)

“La vida sacerdotal enfrenta intrigas, engaños, humillaciones, críticas, burlas, embates de las ideologías actuales”, fueron parte de las palabras que el obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, les dedicó a los sacerdotes en la misa del presbiterio que se lleva a cabo cada 15 de agosto como parte de las celebraciones en honor de la Virgen de la Asunción.

El jerarca católico resaltó a los sacerdotes que sin duda “han sentido el virus del orgullo, la indiferencia, protagonismo, individualismo, envidia o cegados por la soberbia del intelectualismo”.

Pero también debido a las decepciones han pagado “el cansancio con el precio de su salud el servicio a los hermanos”, y también existe la otra cara, “la de la dulzura, perdón, alivio, misericordia y el bálsamo de amor divino y nos lleva seguir caminando”.

Resaltó que está el marco gozoso de los 125 años de la Diócesis y también se les rindió homenaje a los siete obispos que lo han precedido.

El purpurado hizo alusión al pasaje del Apocalipsis donde habla de la visión de la lucha de la mujer con el dragón: “La figura de la mujer representa a la Iglesia, en una parte gloriosa y triunfante, en la otra los dolores del parto y eso son las pruebas y desafíos por el conflicto de Dios y el maligno”, por lo que instó el rezo del rosario diario “porque es una de las armas más seguras contra el enemigo”.

María acompañó a Jesús en todo momento, fue ella quien le dio la humanidad y también fue la primera redimida y por eso al ser la madre de Cristo “es la nuestra, porque es la primera redimida que ha llegado al cielo”.

El obispo invitó a todos a unirse de corazón a María “en la victoria de la lucha y alegría que une a la Iglesia triunfante y peregrinantes, la que une al cielo con la tierra”.

Luego se procedió a recordar a los obispos que han estado al frente de la Diócesis desde su fundación: El primero fue José María Portugal y Serratos, quien asumió el cargo el 29 de julio de 1902 y su principal obra de pastoral fue la organización de la iglesia en Aguascalientes.

Ignacio Valdespino y Díaz fue el segundo obispo y asumió el cargo el 10 de mayo de 1913 y tuvo que afrontar la persecución religiosa y fue desterrado a Texas, pero hizo el primer sínodo diocesano y fue quien regaló la imagen de la Virgen de la Asunción a la Diócesis y la llamó Nuestra Señora de Aguascalientes, misma que actualmente preside Catedral.

José de Jesús López y González se convirtió en septiembre de 1930 en el tercer obispo de Aguascalientes y tuvo una especial preocupación por los pobres, realizó el segundo sínodo diocesano y construyó la torre sur de Catedral; actualmente está en proceso de canonización y ya puede ser nombrado “venerable”.

El 20 de octubre de 1951, Salvador Quezada Limón se convirtió en el cuarto obispo de Aguascalientes, ha sido el que ha estado más tiempo en el cargo y se preocupó por la formación de nuevos sacerdotes y fue quien compró el terreno y construyó el actual seminario; también participó en el Concilio Vaticano II, presentó su renuncia al Papa Juan Pablo II el 28 de enero de 1984, cuando contaba con 75 años de edad.

Entonces, el 1 de agosto de 1984, Rafael Muñoz Núñez tomó posesión como quinto obispo de la diócesis y realizó el segundo plan de pastoral.

Ramón Godínez Flores asumió el cargo de obispo de Aguascalientes el 18 de mayo de 1998 y llevó a cabo la tercera asamblea diocesana y el tercer plan diocesano de pastoral, fue llamado a la casa del Padre, después de una penosa enfermedad el 20 de abril de 2007.

El 1 de enero de 2008, José María de la Torre Martín tomó posesión como séptimo obispo de Aguascalientes y llevó a cabo el cuarto plan diocesano de pastoral y fue “un gran defensor de la familia y de la vida desde su concepción hasta la muerte natural”, además de que inició la construcción de la casa sacerdotal.