La Directora y el Subdirector, Discriminadores, Acosadores y Violentadores
Por Benny Díaz
En el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Aguascalientes (Cecytea) de Mirador de las Culturas hay un caso de discriminación, acoso y violencia en contra de un prefecto que fue despedido “por ser homosexual y también por ‘brujo’, porque cree en la lectura de las cartas”.
La víctima es César Ricardo Alba Vargas, quien está recibiendo acompañamiento y asesoría jurídica del Observatorio de Violencia Social y de Género.
En conferencia de prensa habló de todo lo que ha pasado durante más de un año en su lugar de trabajo por el simple hecho de tener una orientación sexual diferente a la heterosexual y enfrentarse con personas que jerárquicamente están por encima de él y que se dicen “defensores de la familia natural”.
Discriminación, Acoso y Violencia
César Ricardo se desempeñó como prefecto por seis años y “no hubo queja, ni ninguna situación adversa con varios directores, al contrario, me felicitaban y hacíamos buen equipo, pero en febrero de 2023 llegaron una directora y un subdirector de nombres Mariela y Rafael, quienes desde el primer momento tuvieron un trato agresivo, sobre todo Rafa.
“A pesar de eso yo continué haciendo mi trabajo y como era mi jefe directo, tenía contacto con él todos los días porque era el que tenía que darme indicaciones si había juntas con padres de familia o maestros, las entradas y salidas de los grupos y actividades en general, pero no se dirigía a mí, sino a una compañera y empezó a ignorarme totalmente”.
Eso no le afectaba tanto, pero empezaron a llegarle comentarios de parte de sus compañeros de cómo se expresaba de él a sus espaldas, llamándole “maricón” o “jotito”, algo que “para mí no es fácil por cuestiones personales”.
Luego de insultarlo cobardemente, pasó a hacerlo directamente “diciéndome en su oficina, pero cuidándose de que no escuchara nadie y si yo me quejaba de ese trato, me decía que ‘para qué elegí esta vida’”.
El prefecto, harto de ese trato violento y discriminatorio, le hizo saber a la directora del plantel, Mariela, lo que estaba posando y lejos de contar su apoyo, “por ser una persona joven, pensé que iba a ser empática, pero me dijo que había muchas quejas mías. Si ustedes se acuerdan cómo eran los prefectos cuando estudiaban, eran de los primeros que nos quejábamos”.
Y eso le dio más alas al violento subdirector Rafael, quien subió aun más sus agresiones porque comenzó una persecución administrativa mandando exhortos por situaciones inverosímiles; por ejemplo, un día le dio la orden de sacar un grupo porque ya no tenía clases porque los profesores estaban en capacitación y al día siguiente le llegó el documento donde lo regañaba por haberlo sacado y lo exhortaba a realizar bien su trabajo. Ante esto el prefecto acudió con su líder sindical y resultó peor, porque las agresiones fueron más frecuentes.
Leer Cartas
En México existe libertad de culto y César Ricardo cree en el esoterismo, “tengo habilidad para leer cartas (tarot), nunca lo hice dentro del plantel, pero mis compañeros lo sabían y en una ocasión me pusieron un exhorto por brujería.
Me dio risa, destruí el papel porque me pareció imposible que hicieran eso por el año en que vivimos y les dije que si me tocaba crucifixión o la hoguera, me reí y salí, eso los enojó mucho”.
Y de ahí comenzaron a citarlo en el jurídico del Cecytea y le prohibieron entrar a ninguna de las oficinas, por lo que tenía que permanecer toda su jornada laboral a la intemperie, lo que atentó contra sus derechos laborales y humanos. Lo acusaron de ser “agresivo, pero no se han dado cuenta que sólo me estoy defendiendo”.
Luego la emprendieron contra aquellos compañeros que le hablaban bien y a dos las despidieron, a él lo presionaron para que firmara “un acuerdo” en donde se daba por terminada la relación laboral y pretendían darle 48 mil pesos.
Se negó a firmar porque dijeron que no lo estaban despidiendo, sino que era un “acuerdo” entre ambas partes y César no lo estaba porque no pretendía dejar de trabajar. Todo este acoso le provocó ansiedad y depresión, por lo que recibió atención psicológica y psiquiátrica porque ya no podía comer ni dormir, tratamiento que tuvo que dejar porque le quitaron la derechohabiencia al IMSS.
Junto con una de las compañeras que fue despedida por hablarle, acudió a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Aguascalientes a interponer una denuncia, donde en primera instancia se negaron, muy amablemente, a tomársela y en cuanto salieron de las instalaciones les llamaron del jurídico del Cecytea para despedir a la amiga y a él a citarlo para seguir acosándolo psicológicamente.
Lo cambiaron de plantel y lo mandaron al ubicado en el Infonavit Morelos, pero pagándole menos, aun con eso soportó porque necesita el trabajo y le amenazaban con “boletinarlo” para que no volviera a conseguir trabajo en gobierno del estado.
De parte del SNTE también recibió malos tratos, cuando se supone que están para defender sus derechos como trabajador, y no sólo eso, sino que le dijeron que “le bajara” porque Mariela tiene una “palanca” muy fuerte para ocupar el lugar donde está y hasta salió a relucir una “relación muy cercana con la señora gobernadora, algo que no creo, porque ella no permitiría esto”.
El despido de César se dio el 13 de mayo, un día antes de la comida realizada por el Día del Maestro, misma a la que asistió la mandataria estatal y “creo que lo hicieron de esa manera porque estaban seguros que iba a aprovechar para exponerle a ella mi caso”.
César Ricardo lo que quiere es justicia y no sólo que se le reincorpore a su trabajo como prefecto en el Cecytea de Mirador de las Culturas, sino que se inhabilite a sus violentadores.
Ya se interpusieron las respectivas denuncias en la Fiscalía, según el abogado, Luis Antonio González Muñoz, quien señaló que no sólo hay responsabilidades administrativas, sino también penales por la discriminación.