Directo
COMO DEBE ser, fue el obispo Juan Espinoza Jiménez en su homilía dominical, cuando habló sobre esos y esas que les encanta el chisme y pueden destruir a una persona nomás porque se dejan llevar por lo que creen o se imaginan.
ESA REPUTACIÓN dañada no se la reparan con nada, pero eso sí, luego hay quienes después de comulgar, que para los que sí saben, es lo más sagrado y que se debe de guardar un muy buen comportamiento en todos los sentidos, les vale un cacahuate y saliendo de misa y del templo se dan vuelo “murmurando” de la gente.
EN OTRAS palabras, tienen la lengua muy larga y les encanta el chisme y, generalmente, tienen como dice el dicho, “una cola también extremadamente larga que les pisen”.
ENTONCES NO les queda andar “comiendo gente”, y peor, cuando se dicen y asumen como católicos y creen en Jesús y el Evangelio.
EL QUE entendió, entendió. (BDR).