“Hay que Apagar el Celular y Poner Atención a Quien nos Habla”

Por Benny Díaz

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Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes/ Correo Diocesano)

“Murmurar es hablar mal en voz baja de alguien o cuando esa persona no está presente, hacerlo, puede terminar con su reputación y es difícil de devolver, hay que evitar esto y aprender a escuchar, apagar el celular y poner atención a quien nos habla a un metro de distancia, porque en la era de la tecnología y de las redes sociales, hemos perdido la capacidad de escuchar”, dijo en su homilía Juan Espinoza Jiménez, obispo de la Diócesis de Aguascalientes.

Convocó a los fieles a estar muy atentos, porque “muchas veces los planes de Dios no son nuestros planes, cuando lo sean, entonces habremos comenzado a alimentarnos en la verdad de Dios.

Cuando las cosas no son nuestras cosas es porque hemos aprendido a ver todo con los ojos de la fe y el principal plan de Dios no es lo que tenemos qué hacer, sino la adhesión a él de manera incondicional y no creemos para hacer cosas o para tener alimento, porque cuando hay fe, lo demás es consecuencia”.

Dios padre, afirmó, mandó a Jesús para que aprendiéramos a escucharlo, pero hay quienes “murmuran y eso se define como hablar mal de una persona en voz baja o cuando no está presente y se centra en lo negativo de esa persona o en sus acciones.

Los fariseos hicieron eso con Jesús y esa es la actitud en la que podemos caer nosotros al juzgar a los demás desde nuestro criterio y visión.

“Al criticar desacreditando a una persona le quitamos su reputación y es muy difícil de devolver y hay que evitar hacerlo con cada hermano, porque hacerlo con uno de ellos se daña mucho a la comunidad”.

El purpurado también invitó a que hay que aprender a escuchar, porque “estamos en la era de la tecnología donde en un instante podemos saber lo que acontece en el mundo, es algo cotidiano en la era de las comunicaciones y existe una necesidad de comunicar cosas, sobre todo en redes sociales, estamos conectados con todo el mundo, pero se ha perdido la capacidad de escuchar, que significa prestar atención a lo que uno oye, hay que aprender a hacer bien, apagar el celular y saber lo que nos dicen a un metro de distancia.

“Invito a las parejas de esposos, de novios, para que se escuchen, hagan un espacio para dialogar; padres, escuchen a sus hijos, denles el tiempo necesario y la atención más adecuada cuando quieren compartirles algo porque si no escuchan a quienes les hablan a un metro de distancia, es difícil escuchar a Dios.

“Hijos, escuchen a sus padres. Si alguien los quiere y les puede dar un buen consejo son ellos. Si tienen padres ancianos, préstenles atención, porque se les facilitará escuchar a Dios, escuchar lo divino y si para escuchar a los que nos hablan fuerte y en nuestro lenguaje, debemos poner todos nuestros sentidos, para escuchar a Dios se requiere más entrenamiento y una dedicación constante.

“Busquemos un lugar propicio donde podamos sentirnos a gusto y sin ser interrumpidos, apaguemos el celular y permitamos que él nos hable, recordemos que no basta escuchar a Dios, debemos aprender de él”.