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Felipe Muñoz y Carlos Lozano
…gente de lo peor…

UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
CÓMO HAN PASADO LOS AÑOS II…

SINOPSIS…

En mi anterior entrega le recordé al lector que el próximo 12 de agosto Aguascalientes El Periódico cumple 5 años 5 que apareció impreso el Ben­jamín de esta Casa Editorial y el por qué de su nacimiento: el infame robo de los títulos de TRIBUNA LIBRE y Página 24, asalto fraguado por la per­versa mente del exgobernador, exsub­secretario de Gobernación y exsena­dor de la República, Felipe González González (+), desde el poder.

Le hice al lector una breve semblan­za del abarrotero-constructor y “priísta con credencial”, quien estuvo a punto de caer en la cárcel por entregarle ma­las cuentas al entonces gobernador Mi­guel Ángel Barberena Vega, en torno al Teatro Aguascalientes, que erigió una de las constructoras de Felipe González, cuyo costo se elevó 300%.

“Una de las cosas de las que me arre­piento como fiscal, es no haber metido a la cárcel a Felipe González Gonzá­lez”, dijo en entrevista con Heriberto Bonilla Barrón, Humberto Pérez Macías, procurador general de Justicia del estado, en el gobierno de Miguel Ángel Barberena.

Tal vez porque Felipe González se la cobró porque era muy vengativo, como él mismo lo presumía, pues hasta tenía una lista de todos sus enemigos para te­nerlos presentes y, llegado el momen­to, cobráselas.

Caballero de Colón y muy “católi­co”, Felipe González gozaba de buena fama, pero su religiosidad era simple­mente un disfraz pues su dios era el di­nero y, claro está, el poder: “Yo huelo las oportunidades y no las dejo ir”, se jactaba.

Y en los negocios hacía trampa: eran famoso sus kilos de 800 gramos, y el ocultamiento de alimentos para luego, encarecidos, sacarlos de sus bodegas; el mismo Carlos Lozano de la Torre lo llegó a tildar de “hambreador”, era el calificativo que en aquellos años le endilgaba el pueblo a esa gente sin es­crúpulos, como lo era Felipe González.

Hábil para los negocios, Felipe Gon­zalez, sin embargo, tuvo su Waterloo al inicio del gobierno del presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando la devaluación de 1994- 1995, que lo dejó en bancarrota pues tronaron las casas de bolsa en donde Felipe tenía sus inversiones.

Fueron años muy difíciles para Fe­lipe: lleno de deudas y sin circulante, debía a medio mundo por lo que hasta recibió amenazas de muerte, sí, por eso Felipe comenzó a fajarse una pistola al cinto, por lo que le pidió al triste­mente célebre Víctor Hugo Mercader Jurado, una credencial como asesor de la Policía para portarla sin problemas: estaba atemorizado y tenía delirio de persecución: las deudas lo ahogaban y varios edificios de departamentos el IMSS se los tenía embargados.

SU BUEN OLFATO PARA LAS OPORTUNIDADES…

Con grandes problemas financieros, su buen olfato para las oportunidades lo salvaría de la inminente bancarrota: desesperado, se subió al tren de la su­cesión a la gubernatura en 1998 como candidato “independiente”, pero luego negoció la candidatura con el PAN, quitándole su lugar a Benjamín “El Bronco” Gallegos.

Y si con Ernesto Zedillo Felipe Gon­zález tuvo fuerte debacle, el propio Ze­dillo lo salvó, pues con el Comité Eje­cutivo del PAN negoció con el PRI la gubernatura de Aguascalientes y otras más a cambio del FOBAPROA, multi­millonario préstamo que todavía el pue­blo sigue pagando para salvar de la quie­bra a los dueños del dinero, que lo habían perdido por como dijo el propio Zedillo, Carlos Salinas de Gortari tenía la eco­nomía del país “sostenida con alfileres”.

Ya como candidato, Felipe González nunca dudó de su triunfo a pesar de que en principio el gran favorito era Héctor Hugo Olivares Ventura, y le salieron varios problemas con uno de sus socios de San Luis Potosí, al que defraudó con un costoso terreno: TRIBUNA LIBRE y Página 24 le dieron seguimiento al fraude y Felipe González juró “desapa­recerlos cuando yo sea gobernador”.

No fue así, me mandó a su entonces jefe de prensa, Rogelio Flores Reve­les, a negociar la publicidad oficial: “Que quede claro, vendo espacio, no conciencia” y así fue, lo aceptó: “Yo siempre he dicho que más vale un mal arreglo que un buen pleito”, me dijo en la primera ocasión que nos vimos ya él como gobernador.

Y sí, fueron años de buenas relacio­nes comerciales, hasta que lo invadió la furia por haber publicado sus propias declaraciones que dijo en una entrevis­ta banquetera: “¡Mis hijos no están in­miscuidos en el robo de carros!”, por esa simple declaración plasmada en Página 24 y TRIBUNA LIBRE, la emprendió contra nosotros, no sólo nos quitó la publicidad oficial, sino que se manchó las manos de sangre, de gente inocente: destrozó a la familia.

El poder envileció a Felipe Gonzá­lez, quien sedujo a una de tantas ahija­das con quien procreo dos hijos –niño y niña– y formó otra familia; hizo mu­chos negocios desde el poder, lo mis­mo con socios que sin socios:

En Puerto Vallarta, Jalisco, com­pró 500 hectáreas en zona hotelera, a.0.10 centavos el metro cuadrado, su enriquecimiento fue escandaloso y lo publicamos: no dejó pasar ni las con­cesiones de taxi, ni las de las combis ni de transporte urbano, 200 de éstas vendió a una sola persona y, al final quiso dejar a su Delfín, Miguel Ángel Ochoa Sánchez, pero Luis Armando Reynoso le ganó la partida.

Temeroso de que Reynoso se las co­brara, Felipe pidió el apoyo de Vicente Fox y, antes de que terminara su ad­ministración lo hizo subsecretario de Gobernación; Reynoso se la perdonó a Felipe: lo único que le echó atrás fue­ron las concesiones de transporte urba­no, pero le perdonó todas sus corrupte­las, entre ellas decenas de millones de pesos robados al IEA de Miguel Ángel Ochoa, que serían para su campaña de gobernador y que pasaron a manos de Felipe González.

Transa que hacía Felipe, transa que publicamos, incluso los cientos de permisos para casinos y casas de juego: “¡A ese hijo de la… lo quiero ver sin sus periódicos, arruinado y en la cárcel!”, me amenazó y contrató al trastupijes Baudelio Hernández Domínguez, asesor del Senado de la República, y experto en propiedad in­telectual, con grandes influencias en el IMPI, quien con documentación falsa registró a su nombre el título de TRIBUNA LIBRE y al de su emplea­da Ana Patricia Franco Romo, el de Página 24: todo muy burdo, falso, desde las fechas hasta la impresión: PDFs en unas hojas de papel bond, los hicieron pasar como si realmente fue­ra un ejemplar del periódico, de ese tamaño era su poder e influencias y lo sigue siendo.

Según Baudelio Hernández Do­mínguez, el 7 de junio de 1981, editó el número 1 de TRIBUNA LIBRE, y registró el título hasta el 6 de octubre de 2003 (sic), pagando la cantidad de $2,104.35, más $315.65 de IVA, total: $2420.00.

Por su parte su empleada o amiga, Ana Patricia Franco Romo, dijo ha­ber editado por primera vez Página 24, el 7 de febrero de 1987 y registrarlo ante el IMPI el 15 de octubre de 2003 (sic), pagando la cantidad de $2,104.35, más $315.65 de IVA, total: $2,420.00: qué “curioso”, el registro de un Semanario y un Diario costó lo mismo.

Sin embargo, Baudelio y Ana Patri­cia Franco Romo no quisieron conti­nuar con la farsa y le dijeron a Felipe González “zafo, hasta aquí llegamos”.

¿Qué hacer entonces?, fue entonces que Felipe González vio en un par de redomados delincuentes, la continuación de su perversidad: Rodolfo Franco Ra­mírez y su socia Ma. del Refugio Mar­tínez Guardado, quienes con anteriori­dad ya habían defraudado a su gobierno.

Rodolfo Franco y Ma. del Refugio Martínez en una ocasión llegaron co­rriendo y espantados a la Redacción de Página 24, pidiendo auxilio, porque Víctor Hugo Mercader, entonces di­rector de la Policía Judicial del Esta­do quería aprehenderlos por el fraude cometido a Gobierno de Felipe Gon­zález, pues en su calidad de “construc­tores”, se quedaron con el anticipo de una obra de remodelación del estadio de beisbol, Alberto Romo Chávez, de­jando tirado el trabajo contratado.

Sabedor de que Rodolfo y Cuca eran unos ladrones redomados, Felipe los mandó llamar para continuar con la farsa y robarme los títulos de los perió­dicos; y aquí entra nuevamente el mer­cenario Baudelio Hernández, quien finge traspasar los “derechos”, de TRI­BUNA LIBRE el 26 de mayo de 2008, a la Agencia Noticiosa del Centro, S. A de C. V., firma el Administrador Único, Rodolfo Franco Ramírez, el 26 de mayo de 2008.

Por la inscripción del contrato de ce­sión de derechos de la marca registrada No. 813385, de Página 24, un repre­sentante de la Agencia Noticiosa del Centro, S. A., con domicilio en Primo Verdad 116-2, un tal Juan (apellidos ile­gibles), deposita en Bancomer $402.00.

En la misma fecha, 26 de mayo de 2008, Ana Patricia Franco Romo cede los derechos de Página 24 a la Agencia Noticiosa del Centro, S.A. de C.V., con domicilio en Francisco Primo Verdad 116-2, firma Rodolfo Franco Ramírez, Administrador Único.

Por la inscripción del contrato de cesión de derechos de la marca regis­ tra cómo víbora y le chupa los destos a Luis Armando Reynoso Femat (a quien detestaba por haberle robado la presidencia municipal, “para dársela al hijo de la chingada de Martín Orozco Sandoval”, decía y nadie le quitaba de la mente esa idea: “me robaron la pre­sidencia municipal de Aguascalientes”, bramaba de dolor.

Pero ya como senador, Carlos Lozano lisonjeaba a Luis Armado, se arrastraba y se ganó el apreció de Luis Armando, quien además influyó con el poderoso Enrique Peña Nieto para que Carlos fuera el candidato a gobernador y no el “Grabiel” Arellano: “Si es Carlos Lozano el candidato yo lo apoyo, si es Gabriel no; y Peña Nieto que ya man­daba en el PRI, se decidió por Carlos, y Reynoso movió todo el aparato guber­namental para que ganara Carlos: Rey­noso le entregó la gubernatura a Carlos, pese a que Martín le había ido a llorar para que lo apoyara: “¡No! –le contestó tajante Reynoso–, porque el que trai­ciona una vez vuelve a traicionar”, y le recordó lo pesado que le hizo la vida cuando estuvo como alcalde de la capi­tal, así es que Martín salió de Palacio de Gobierno con la cola entre las patas.

Carlos, ya gobernador electo, le pre­gunto: ¿es cierto que Felipe de Jesús va a ser tu procurador? A mí –le dije– me quería meter a la cárcel; Carlos hizo mutis: “no pasa nada”.

Lozano hacía muchas fiestas en su casa del Obraje, un día sí y otro también y en una de esas estábamos platicando cuando ve a Felipe de Jesús y lo llama: a la voz de su amo, Felipe llega rápida­mente: “Hablen, platiquen ustedes”, y se va a atender a unos invitados:

Yo se la suelto:

-¿Por qué me quería meter a la cárcel, licenciado?

-No, no acostumbro a hacer eso, yo primero investigo; yo lo que quería era que usted declarara para archivar la de­nuncia y le voy a decir por qué: yo nací aquí en Aguascalientes, pero mis estu­dios profesionales lo hice en el DF y sólo venía en vacaciones: recuerdo que mi papá era fan suyo, no se perdía un TRIBUNA LIBRE y tenía el altero de ejemplares, así es que yo ya sabía que usted era el dueño del periódico-.

No obstante Rodolfo y Cuca seguían con sus demandas, hasta en Guadala­jara comenzaron a fastidiar y Carlos lo sabía y Felipe de Jesús también; de pronto, Carlos, en un acto de traición la emprendió contra Luis Armando y de pasadita contra mí “porque eres su amigo”, me reclamó airadamente.

Por casi dos años se enfriaron las re­laciones de amistad y comercial con­migo, situación que aprovechó Felipe de Jesús para meter a la cárcel a dos de mis reporteros porque según Feli­pe “tenían nexos con el narco”, lue­go ambos mostraron su inocencia; en una ocasión Felipe de Jesús fue a vi­sitarme a la Catedral por órdenes de Carlos para mostrarne el trabajo que estaba haciendo en beneficio de la so­ciedad, no demostró gran cosa porque su laptop se le trabó, pero con perverso “disimulo” mostró un organigrama en el que aparecían las fotos de Reynoso Femat y Carolina Rincón, en un orga­nigrama… ¡de narcos!

Y le pregunté: ¿es cierto esto? Y como si nada, muy tranquilo me contestó: no; lo volvió a enredar y se despidió. ¡Mier­da!, queriendo sembrar en mí la duda, ahí confirmé lo mala leche que es el perverso policía de “elite”, no en vano el general Hidalgo decía “¡ese pinche narco es un hijo de la chingada!”, ningu­no de los dos se tragaba, Felipe también le decía narco pero, cautelosos, ninguno pasaba la línea del otro.

RODOLFO Y FELIPE DE JESÚS DISCÍPULOS DE CARLOS LOZANO…

Hasta entonces yo consideraba “muy mi amigo” a Carlos Lozano, pero ya gobernador demostró su verdadero rostro: “si es tu amigo por qué permite que te roben tus periódicos, a poco no le puede decir a su perro ‘¡Ey, tú haz que archiven las denuncias de esos ca­brones o si no voltéales el palo y méte­selos o mételos a la cárcel por ratas!’”.

Después me enteré de dos cosas: “Felipe de Jesús y Rodolfo fueron condiscípulos en la prepa y uno de sus maestros era Carlos Lozano”, y Car­los estaba utilizando a los rateros para chingar al ingeniero Luis Armando”, ¿por qué la traición de Carlos a Luis Armando?

-Porque esa es su naturaleza, no ol­vides que también traicionó a Lorena Martínez, al grado que pactó con su villano favorito a cambio de impunidad y traicionó a su compañera de partido.

LUNES 7 DE JULIO DE 2019…

Son los primeros minutos del lunes 7 de julio de 2019, enciendo mi Volvo y me dispongo a ir al periódico cuando entra una llamada a mi móvil: están aquí policías de la PGR y elementos del IMPI, nos están desalojando, vie­nen a cerrar La Catedral y de aquí se van al taller también a desalojarlo y a sellarlo.

-¡No chingues, voy para allá!

-Ni se le ocurra, uno de los policías me dijo que traen orden de aprehen­sión, es otra de las demandas de los rateros Rodolfo y Cuca.

NACE AGUASCALIENTES EL PERIÓDICO…

“Cerrada La Catedral del Periodis­mo, cerrado el taller de impresión ¿qué vamos a hacer, don Ramiro?”.

Tenemos el edificio de al lado y al­gunos escritorios; compramos algunas computadoras y seguimos publicando por internet, así fue: Ulises pronto con­formó una red y a seguir trabajando, aquí nadie se raja.

Y a poco más de un mes del arbitrario cierre de nuestras instalaciones y taller de impresión, última infamia de Feli­pe Muñoz Vázquez programada días antes de su cese como subprocurador especializado en Investigación de De­litos Federales, nace el Benjamín de la familia:

Aguascalientes El Periódico: 12 de agosto de 2019, 5 años 5 y aquí segui­mos en la brega:

Libres, con nuestros periódicos y con dos pesos en el bolsillo, y sé quien, desde el infierno, aúlla no por las lla­mas, sino porque su perversa profecía de verme sin mis periódicos, arruinado y en la cárcel, no se cumplió o, al me­nos, no lo vieron ni lo verán sus salto­nes ojos.

¡Salud!

* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 8).