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Resultó que en el IMSS ocurrió con el servicio lo que parecía imposible: ha empeorado

Soberanamente…

…JODIDOS, COMO dice Antonio Banderas en El Gato con Botas, es como estamos los derechohabientes del IMSS, pues ocurrió con el servicio lo que parecía imposible: ha empeorado.

SÍ, PORQUE resulta que ahora a pesar de toda la burocracia, malos modos, falta de médicos, medicamentos y todos los etcéteras que es el pan nuestro de cada día en ese Instituto, hay una más.

EN URGENCIAS, los pacientes deben pasar el “filtro” que con la o el médico que los valora afuera para determinar el “semáforo” en el que llegan; si es en verde, o sea que no lleve sangre, balazos o algo así, se deben aguantar lo que sea que padezcan, porque si no se le ve líquido rojo emanando de su humanidad “no es grave”.

Y SI AGUANTAN la espera y logran entrar al área médica y que enfermeras y médicos se tomen la molestia de atenderlos, se sacan la lotería si los colocan en una silla, pero si no, los acuestan en el piso mientras los atienden y lo más que les llegan a poner es el suero y unos analgésicos para que luego “mandarlo con su médico familiar”.

Y ACOSTADOS en el piso pueden pasar horas o hasta días… De ese tamaño están las cosas en el IMSS.

Y PENSAR que dijeron que en cuestiones de salud íbamos a estar como en Dinamarca y la realidad es que ya el trato no es ni digno, ni humano.

Y A OTROS con el cuento de “la corrupción”, porque para acabar con esa práctica seis años son más que suficientes, las enfermedades no esperan ni saben de politiquería.

PERO LAS cosas no están feas sólo en el IMSS, en el Hospital Tercer Milenio andan por las mismas. De primera mano sabemos que ahí no sólo discriminan a los aguascalentenses, porque si llega uno que sea de aquí y un extranjero, al que viene de otro país le dan trato como si fuera hospital privado.

DEL CASO que se habla fue que dejaron a una mujer de mediana edad por horas padeciendo de dolor y por días sin realizarle los análisis correspondientes, pero a uno que venía de India, poco faltaba para que le dieran de comer en la boca y hasta de “usted” lo trataban de barrenderos para arriba.

Y DE LOS que llegan baleados y no precisamente por ser finas personas, a esos, se les trata como si fueran súper estrellas. Tienen la facultad para insultar a médicos, enfermeras y demás y los policías que los “cuidan” que para que no se “escapen” en lugar de callarlos, lo hacen con el personal de salud,

DEFINITIVAMENTE ESTAMOS en un mundo del revés. (BDR).