Tras seis días de agonía, murió el exconvicto que fue baleado frente a un “picadero” del fraccionamiento San Francisco del Arenal, al sur de la ciudad.
Se trata de Héctor González Rojas, de 58 años, quien recientemente había salido del Cereso para varones, donde estuvo preso por cometer un homicidio.
Minutos antes de finalizar el pasado lunes, Héctor se encontraba en la casa número 100 de la calle Manuel Gómez Morín, utilizada como centro de venta y consumo de drogas.
En determinado momento arribaron dos criminales en una motocicleta negra Cross, de 180 centímetros cúbicos.
Los dos ingresaron al “picadero” y sacaron a la fuerza a González Rojas, disparándole uno de ellos varias veces, para luego huir con rumbo desconocido.
Previo llamado de auxilio, se dirigieron policías municipales, estatales y socorristas de la Cruz Roja Mexicana, quienes se dieron cuenta que la víctima recibió tres balazos, uno de ellos en la cabeza y otro en el abdomen, por lo que lo trasladaron de urgencia al Hospital General Tercer Milenio.
Sobre la calle quedaron cuatro casquillos y dos balas calibre nueve milímetros, prendas de vestir, y manchas de sangre de Héctor, por lo que los uniformados acordonaron la zona.
Dentro del operativo de búsqueda de los sicarios, los policías encontraron abandonada la motocicleta que utilizaron, además de un casco negro, en un camino de terracería que conduce a Viñedos Santa Mónica, en la parte trasera del fraccionamiento residencial Rancho Santa Mónica.
Posteriormente, se presentaron elementos de la Dirección General de Investigación Pericial para fijar y embalar los indicios balísticos, los cuales, junto con la moto y el casco, los pusieron a disposición del Ministerio Público.
Ayer, la Fiscalía General del Estado, informó que el exconvicto murió en dicho nosocomio por los disparos que recibió en la cabeza y en el abdomen.