“Estamos en Nuestro Derecho de Saber”

* Impunes, los Agentes que Abusaron de Ella y la Torturaron
* Rechazan que sea Atendida por un Terapeuta Profesional

Por Benny Díaz

Imagen relativa a la nota.

Erik Romany Vázquez, pareja de Samanta Fierro

El caso de Samanta Fierro y el embarazo que tuvo estando privada de su libertad, del que el Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) sostiene que cambiaron el cuerpo de su hija por el de un varón porque hay testigos y documentos de que dio a luz prematuramente de una niña, sigue con muchos puntos graves sin aclarar, porque el fiscal Jesús Figueroa Ortega declaró a esta Casa Editorial de que no existió tal cambio pues las pruebas de ADN “fueron positivas al 100 por ciento al padre”.

Ante eso, Erik Romany Vázquez, pareja de Samanta y padre de ese ser del que hasta el sexo le cambiaron, pidió derecho de réplica y en entrevista afirmó que “me tomaron la muestra hasta mayo de este año, a Samanta después; es hora de que no nos han entregado los resultados y de todas las irregularidades que hay en esto tengo documentos que lo comprueban”.

Las copias de esos documentos están en poder de Página 24 y hay notas médicas en donde se asienta que se recibió “un feto” del sexo femenino que pesó 460 gramos. Romany Vázquez no duda en señalar: “Desde que le realizaron los ultrasonidos a Samanta cuando estaba embarazada le afirmaron que tendría una niña y por eso decidimos que se llamaría Dayra Victoria”.

El 22 de mayo de 2023, cuando faltaba una semana para que Samanta llegara a los seis meses de gestación, comenzaron las contracciones desde las 6:00 de la mañana. Estaba en su celda y pedía ayuda. Nadie de la guardia acudió, sólo una enfermera que está privada de su libertad la auxilió.

Fue hasta pasadas las 7:00 de la mañana cuando las autoridades pidieron la presencia del médico del Cereso varonil, pero llegó sin los instrumentos adecuados para ayudar a Samanta.

Los mandó pedir “y se perdieron minutos importantes, cuando llegaron con ellos la bebé ya había nacido y se dieron cuenta que era una niña, lloró y eso también está en documentos”.

Fue hasta después de eso que llegó una ambulancia de la policía procesal para trasladar a Samanta y la bebé al hospital, de ahí ella ya no supo más. Fue Erik, quien después de ser avisado acudió al nosocomio, a quien le anunciaron que el producto había fallecido.

Por varias inconsistencias acudió a la Fiscalía a interponer una denuncia y posteriormente Samanta autorizó que le entregara el cuerpo de su hija a su mamá.

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“Necesito paz mental, porque es algo que me lastima mucho y también si no era el cuerpo
de mi hija, quiero saber dónde está”

“A mí sólo me mostraron el cuerpo por unos segundos y el cordón umbilical le tapaba los genitales, salí mal de ahí”.

Por orden de la Fiscalía la caja fue sellada y la familia sólo pudo ver el rostro de la que pensaban era Dayra Victoria, se le dio sepultura y continuaron con el proceso.

Es hasta que Erik, revisando los documentos que le entregaron en Fiscalía, se da cuenta que recibieron el cuerpo de un varón, ve fotografías y se da cuenta que “tiene testículos y pene, a mí siempre me dijeron que era una niña y si fallaron los ultrasonidos, que puede suceder, ¿cómo es que cuando recibieron a Samanta y a Victoria después de dar a luz, en el hospital dicen que era un producto de sexo femenino?” Pidió a la Ministerio Público aclarar esto y se declaró incompetente, fue todo un calvario en donde siguieron siendo revictimizados, les decían que tal vez ya no encontraran tejidos del niño que enterraron.

Por fin en mayo de este año se les tomó la muestra a Erik y a Samanta, pero “no nos han dado los resultados, por eso es que quiero preguntarle al fiscal por qué declara en la prensa que salen positivos al 100 por ciento conmigo cuando a mi abogada le acaban de decir que no saben absolutamente nada de los resultados”.

El hombre asegura que ha pedido que lo reciba Jesús Figueroa Ortega, “lo he hecho por escrito y esto fue desde hace un año y no he tenido respuesta, porque no atiende a la gente de a pie”.

También al secretario de Seguridad Pública Estatal (SSPE), Manuel Alonso García, le responde que no se aplicaron los protocolos con Samanta, porque la dejaron mucho tiempo sin atención y si la hubieran trasladado cuando comenzó con las contracciones, su hija habría tenido la atención adecuada y, tal vez, sobrevivido.

A Figueroa Ortega también le responde sobre lo declarado de que según estándares internacionales, un bebé de menos de seis meses de gestación es imposible que sobreviva: “No lo sabe todo, que se informe. Neonatólogos me han dicho que es difícil, pero no imposible si se les coloca de inmediato en una incubadora y se les administran los medicamentos para que sus pulmones maduren. Aquí lo que es un hecho es que hubo negligencia desde el primero momento con Samanta”.

Aclara que no fue un embarazo deseado y planeado, pero lo recibieron con gusto y les resultó una victoria por eso eligieron ese nombre: “Nos estábamos cuidando con el DIU, pero estando ya en gestación, no lo sabíamos, lo expulsó de forma espontánea. Comenzó con los síntomas y la maldiagnosticaron por varios meses. Incluso en el segundo mes le volvieron a colocar otro dispositivo intrauterino, pero mal, tanto que la lastimó”.

Fue hasta que llegó una enfermera general al Cereso femenil quien luego de todos los síntomas de Samanta y que le decían que era gastritis y hasta bulimia, se le ocurrió realizarle una prueba de embarazo casera y resultó positiva.

Erik lo que pide es que se investigue y le den respuestas reales y que lo convenzan de si era niña o varón lo que estaban esperando y que falleció: “Necesito paz mental, porque es algo que me lastima mucho y también si no era el cuerpo de mi hija, quiero saber dónde está”.

Por otra parte, asegura que Samanta está muy mal psicológicamente y que ha solicitado que le dé terapia quien lo está atendiendo a él y no ha tenido respuesta.

En su momento “Samanta recibió a una persona que en lugar de ayudarle con el problema de la bebé, comenzó a revictimizarla preguntándole por el delito por el que está privada de su libertad, eso la puso peor y se negó a continuar”.

Por eso el llamado a Manuel Alonso para que le permita entrar al terapeuta que pueda ayudar a Samanta porque es urgente que reciba terapia.

“A los dos días de que Samanta dio a luz, llegaron dos visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y les dijeron que una interna había abortado, desde ahí comencé a sospechar que algo querían tapar. Samanta logró llegar hasta la biblioteca y contarles realmente lo que pasó y por eso emitieron una recomendación al Cereso femenil”.

Para concluir, Erik Romany lo que exige al fiscal es que diga la verdad, se haga la investigación sobre lo que pasó con Victoria “porque estamos en nuestro derecho de saber” y también que se dé respuesta y se les finquen responsabilidades a los agentes que abusaron sexualmente de Samanta y la torturaron, porque “a uno, al principal responsable, sólo lo cambian de lugar constantemente pero el proceso no avanza”.