“Pero También Cambiar y Ayudar a los Pobres”
Por Benny Díaz

Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Correo Diocesano)
El obispo Juan Espinoza Jiménez regresó del Vaticano “renovado, al servicio de la iglesia y seguro del trabajo que quiere el Papa y es que impulsemos más el área misionera e ir al encuentro de los más alejados, porque hoy en día, dentro del catolicismo sigue habiendo fariseos, esos que creen que por juntarse con pecadores se van a contaminar y no hay que ser ritualistas religiosos como lo eran los judíos, sino como Jesús: puros de corazón y que eso se expandió entre todos los pecadores”.
Por eso instó a los fieles para que no entren en la dinámica de criticar, incluso a los mismos católicos, porque se equivocan en misa, incluso al “obispo si se mueve para un lado u otro. Jesús no juzga, no condena, al que está triste da alegría, al cansado alivio y cuando comulguen permitan que se llenen de su presencia”.
No hay que ser ritualistas de la forma equivocada: señalar al hermano, acusarlo con otros, al contrario “hacer oración, ayudar a las demás personas y sobre todo a aquellos que están alejados, que nunca vienen a misa, hay que acercarnos a ellos con alegría y pedir a Dios, actuar dentro de la verdadera religión y acercarnos individualmente, con caridad, a los demás porque si nosotros estamos cerca de Jesús entonces no juzguemos a nuestros familiares, tampoco a los muchachitos que no quieren saben nada de Dios”.
Porque no es a la fuerza como debe de hacerse esa comunión con Jesús, porque “si tenemos seres queridos que no se acercan a misa, hay que ser caritativos con ellos, es más bonito si no juzgamos y nos acercamos a nuestros hermanos, los que son padres de familia, a sus hijos y parientes no los obliguen a acudir al templo, trátenlos con amor, paciencia, cariño y verán que un día los van a acompañar. Si pedimos en oración por ellos y comprendemos nuestra fe, seamos capaces de practicarla”.
El purpurado puso otro ejemplo y es que como los fariseos criticaban tanto pero también recaudaban impuestos robando al pueblo, esto se sigue dando hoy en día de diferentes maneras, por eso “quienes roban, deben regresar lo que hurtan a sus dueños, pero también cambiar y ayudar a los pobres, porque la enseñanza de Jesús no sólo hay que creerla, sino practicarla y vivirla”.
