Tugurios Abandonados y Vandalizados
Por Benny Díaz

Zona de tolerancia sin clientes y vandalizada (Fotos: Ernesto Martínez Reyes)
David Ángeles Castañeda ha recibido constantes quejas y solicitud para que sea el enlace entre los propietarios de los pocos bares que siguen operando en la zona de tolerancia, también conocida como Las Violetas, para que “les ayude a reubicarse” ya que en el lugar donde están ya es inoperante y están a punto de la quiebra.
El funcionario dio a conocer que desde antes de la pandemia comenzaron los problemas para quienes tenían sus negocios de comercio sexual y la venta de bebidas embriagantes, aunque hace años se cambió del lugar de lo que ahora se conoce como Ojo de Agua a donde ahora se encuentran y que en ese tiempo estaba fuera de la mancha urbana, pero la ciudad fue creciendo y ahora, otra vez, quedó cerca, demasiado, de fraccionamientos.
Esa puede ser una de las razones, pero llegó el COVID-19 y se tuvo que cerrar, sobre todo porque no había posibilidad de que hubiera contacto corporal. Eso fue la estocada final para la mitad de los dueños de los antros y cuando ya se volvieron a levantar las cortinas, los que pudieron volver a abrir intentaron innovar y comenzar a trabajar desde temprano ofreciendo hasta botana a los clientes para que acudieran sólo a beber, como ocurre en otros muchos lugares de la ciudad en donde no está incluido el comercio sexual, con cuarto en el mismo lugar.
El titular de Reglamentos del Municipio señaló que eso no funcionó y lo que tienen alarmados a los dueños de esos lugares es que mujeres dispuestas a ejercer la prostitución hay, y muchas, lo que falta son hombres que soliciten sus servicios.
Ante la falta de clientes ya se ha vuelto insostenible mantener abierto sus comercios, por eso requieren exponerle la problemática al alcalde Leonardo Montañez Castro para que les ayude a reubicarse, en un lugar donde no tengan “temor” de ser descubiertos en el lugar por estar en una zona poblada, pero también porque Las Violetas se ha convertido en un lugar no tan atractivo para quienes buscan pagarle a una mujer para satisfacer sus necesidades sexuales y de paso embriagarse, porque la mitad de los sitios están cerrados y vandalizados.
“Una de las bardas, que es de tabique, fue abierta y por eso lugar entran personas que cuando no hay nadie en el lugar, entran y se llevan todo lo que pueden”, señaló el panista.
Ángeles Castañeda mencionó que la Zona de Tolerancia estaba conformada por 18 bares, ocho ya cerraron de manera definitiva, cuando terminó la pandemia abrieron cinco y ahora ya están operando 10, pero sus ganancias son tan magras o nulas, que si no se les da una solución pronta, corren el riesgo de cerrar definitivamente y perderán el empleo no sólo las prostitutas que están ahí de manera permanente, sino otros, como meseros y cantineros.a
