Rechaza el Vocero a los Niños “Concebidos de Forma no Natural”

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Rogelio Pedroza González (Foto: Ernesto Martínez Reyes)

La crisis por la que atraviesa la humanidad es en muchos sentidos, pero sobre cuando se atenta contra la familia que “es la natural”, pero hay quienes ni eso respetan porque ahora hay  parejas heterosexuales que están juntos, casados por la iglesia o no, pero su finalidad no es la de tener hijos y “prefieren comprar animales”, a los que tratan de tal forma que pretenden “humanizar” y eso va contrario a lo que es el plan de Dios, argumentó en conferencia de prensa Rogelio Pedroza González, vocero de la Diócesis de Aguascalientes.

Página 24 cuestionó sobre las parejas homosexuales que sí desean tener hijos y buscan las diversas formas para lograrlo, como la renta de vientre para gestar.

“Es un tema complicado, respondió el sacerdote, porque nos remota hasta lo antropológico y el secularismo. Todo lo que no es natural tarde o temprano se cobra”, espetó.

Un ejemplo de eso es que hay una historia sobre que en algún lugar hubo un río que se secó, pasaron 100 años sin que hubiera ni gota de agua por ahí y hubo quienes convencieron a muchas personas de que construyeran sus casas ahí, asegurándoles que habían desviado el cauce por otro lado y que no había peligro.

El resultado, continuó, es que llegó un momento en que llovió tanto que el agua tomó el cauce natural del río, no el que hicieron los especialistas en ingeniería y construcción hicieron, y se dieron cuenta que lo artificial no funcionó porque todas esas viviendas se destruyeron.

“Pronto vamos a ver las consecuencias de estos hijos concebidos de forma no natural, habrá situaciones psicológicas y tal vez otras situaciones muy difíciles de tratar y de todo esto la única [la iglesia] que levanta la voz para decir que no es la manera en que se deben de procrear humanos (porque para que exista debe haber materia biológica de un hombre y una mujer forzosamente)”.

La situación es que “nosotros no estamos cerrados al diálogo y hay muchas cosas que hablar sobre ese tema, pero cuando se puede entablar esa comunicación debe haber apertura de las partes, porque cuando alguien comienza a gritar se acaban todas las posibilidades de llegar a un punto en donde haya concordancia”.