Prevalece la Desinformación, Alerta

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Verónica Romo Sánchez (Foto: Ernesto Martínez Reyes)

“Autistas y enfermos renales requieren de más atención de parte de la salud pública, porque no se han dado las condiciones para que puedan recibir los tratamientos de forma adecuada, incluso entender los padecimientos como deben de ser, ya que ante la desinformación que hay de parte de los familiares no saben ni detectar los síntomas a tiempo y hay ejemplos en donde confunden las actitudes con berrinches por la forma de comportarse o no querer comer los alimentos que se les ofrecen y que los hacen sentir peor”, mencionó la diputada Verónica Romo Sánchez.

Es por eso que los diputados analizan algunas iniciativas sobre esas enfermedades para que se les brinde la atención adecuada y puedan tener avances y una calidad de vida que les permita desarrollarse lo mejor posible.

En el caso de las personas autistas, hay variedades de la enfermedad y son, sobre todo menores de edad, quienes se comportan de forma “diferente” a quienes no la padecen y en ocasiones esas actitudes pasan por “berrinches” y, en lugar de comprensión de parte de los padres de familia, tutores o cuidadores, reciben regaños y malos tratos, cuando lo que hay que hacer es armarse de paciencia y brindarles su “espacio” cuando no permitan que los toquen porque tienen miedo y lo expresan con llanto, gritos o pataletas.

Estas personas deben de tener la atención y vigilancia adecuada y permanente, recibir el diagnóstico a tiempo y educar a las personas cercanas sobre lo que es dicha enfermedad, para que puedan crecer junto con ellos en el manejo de los cambios de actitud, y también el que la sociedad acepte de deje de estigmatizar y señalarlos ante la ignorancia que prevalece.

En el caso de los enfermos renales, también se debe tener un cuidado extremo porque a veces se confunden los síntomas con otros padecimientos o en el peor de los casos “de un día para otro” resulta que reciben un diagnóstico de que están en fases casi terminales y necesitan trasplante con urgencia para salvar la vida.

Cuando hay un mal diagnóstico es mucho el sufrimiento, tanto de los pacientes, como de sus familiares cercanos, porque pueden agravarse y el tiempo es oro en muchas ocasiones y la diferencia entre la vida y la muerte.

Sobre todo hay que trabajar en la concientización de la donación de órganos cuando la persona fallece, si existiera esta cultura muchas personas estarían con una mejor calidad de vida y no tendrían que estar por años en lista de espera cuando no cuentan con un familiar o persona cercana que sea afín para ser donador.