Hoy, la Procesión del Silencio
PARA LOS católicos el viernes santo es uno de los días más importantes, porque es cuando se recuerda la muerte de Cristo, por lo que hay tristeza y luto, pero también la esperanza de que resucitó y con eso salvó a todos aquellos que crean en el Evangelio y son bautizados.
LA PROCESIÓN del Silencio es uno de los eventos más significativos, pero se dejó bastante claro que “no es turístico”, para que ni empiecen con que hay que hacerle promoción en ese sentido u organizar una “ruta”, mucho menos hacer copias de las que se llevan a cabo en Zacatecas o San Luis Potosí, esta conserva totalmente su sentido religioso, en eso el obispo Juan Espinoza Jiménez, fue más que claro.
Y CÓMO no. después de que el año pasado comenzara el relajo de la Feria Nacional de San Marcos en pleno viernes santo no le hizo ni tantita gracia al prelado, quien fue muy enfático al decir que la Feria podrá atraer todo el turismo y la derrama económica que manden y gusten, pero también hay que respetar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
EN OTRAS palabras no confundir la gimnasia con la magnesia, ni el relajo, la borrachera y el degenere con lo que para muchos es uno de los días más sagrados como es la pasión de Cristo y el viernes santo, día en que murió, por lo tanto hay que estar de luto y en reflexión no en el relajo.
PARA QUE después no haya malos entendidos y como Juan Espinoza Jiménez será obispo de Aguascalientes hasta que Dios lo quiera, la procesión del silencio se queda con una tónica totalmente de fe.
LA PROCESIÓN del Silencio se retoma en Aguascalientes luego de 33 años, porque los franciscanos así lo decidieron y son ellos quienes estuvieron a cargo y siguen, pero haciendo sinergia con el obispado.
ROGELIO PEDROZA González, vocero de la Diócesis, en un boletín de prensa destacó que “la procesión del silencio es un acto de piedad popular en la cual se representa al pequeño grupo de amigos y discípulos que, después de haber bajado de la cruz a Jesús, lo llevaron al lugar en el cual había una tumba excavada en la roca, en la cual todavía no se había dado sepultura a nadie”, como está escrito en el Evangelio de Lucas en el capítulo 23, versículo 53.
“EL SILENCIO es uno de los elementos de esta procesión, tan importante que esa actitud está expresada en el mismo nombre. Los que participan dentro de la procesión llevan su identidad personal cubierta con una vestimenta propia y un capirote que les cubre la cabeza en señal de deseo de expresarle a Dios la relación íntima que desean tener con él y la manifestación de cierta penitencia.
“POR MUCHOS años a decir de Carlos Reyes Sahagún, cronista del municipio de Aguascalientes, sobre todo a finales de la década de los sesenta se inicia con esta práctica de piedad popular, la cual aproximadamente en el año de 1990 se suspende. Esta práctica de piedad la organizaban los franciscanos del templo de San Diego, sin embargo, poco a poco se fue consolidando y la exigencia fue mucho mayor y con la cual ellos ya no pudieron y definitivamente la suspendieron. Las hipótesis sobre por qué se terminó pueden ser muchas.
“AHORA LA pastoral de cultura que está a cargo del sacerdote Jaime Silva, como asesor de ésta, retoma esta procesión con la intención de que sea un espacio en el que los fieles puedan expresar su devoción y piedad, en un clima de recogimiento, silencio y oración. Nuestro obispo Juan Espinoza Jiménez, quiere que esta procesión sea la expresión de los amigos y discípulos de Jesús de nuestros tiempos, que, con nuestro silencio y oración, acompañemos el cuerpo, ya sin vida de Jesús, que ha muerto por amor a cada uno de nosotros, por eso, lo menos que podemos hacer por él, por Jesús, es acompañar su cuerpo hasta el lugar donde será velado (en la Catedral).
“QUEREMOS PEDIRLES que nos ayuden a que esta procesión sea eso, una procesión de silencio, si no la vivimos con recogimiento, en silencio y oración será otra cosa, un desfile, un carnaval.
“ESTA ACTIVIDAD de piedad concentrará a muchos fieles en los cuales el paso de las ocho andas dejará una semilla de fe, esperanza, alegría, paz y amor, las cuales se verán reflejadas en la familia y así la piedad incidirá o abonará en la recomposición del tejido social.
“INICIARÁ FRENTE al Parián en punto de las 7:00 de la noche. La participación de los fieles puede ser de dos maneras: acercándose a las calles por donde pasará la procesión o bien, participando en la comparsa destinada a todo penitente que desee unirse al grupo de amigos y discípulos de Jesús. Las condiciones para participar en este contingente es que lleguen a las 6:00 de la tarde a la esquina de Rivero y Gutiérrez y Juárez, habrá un lugar, ahí, designado para facilitar la vestimenta adecuada, sólo se les pide traer ropa y calzado oscuro, negro preferentemente, y al final entregar esa misma vestimenta en el set de transmisión que estará frente a Catedral.
“LAS ANDAS serán ocho: La oración de Jesús en el huerto de los olivos, El Señor de la columna, Jesús con la cruz a cuestas, la crucifixión, la santa cruz, la piedad, el santo entierro y la Virgen María en su advocación de la Soledad.
“EN LA esquina de Rivero y Gutiérrez y Morelos, justo frente al Museo Nacional de la Muerte, habrá un estrado en el que obispo dará inicio a la procesión y tomará el rumbo hacia el oriente hasta llegar al templo de San Antonio, donde se hará la primera estación, ahí habrá un estrado y Juan Espinoza Jiménez dará un mensaje o hará una oración y seguirán por la calle Zaragoza y luego tomarán Primo Verdad hacia el poniente para llegar a la parroquia de San José, ahí será la segunda estación, luego por la calle Miguel Hidalgo hacia el sur y Francisco I. Madero hacia el poniente y girar al sur por la calle Díaz de León y enseguida al poniente por Juan de Montoro pasan por catedral. En Plaza de Armas habrá música alusiva a este evento y al llegar el anda del santo entierro, el cuerpo sin vida de Jesús, justo en frente de la catedral se hará la tercera estación y el anda del santo entierro será introducida para el rezo del pésame a la Virgen María. Ahí termina propiamente la procesión”.
LA INVITACIÓN del obispado es que los católicos que acudan a la procesión se viva la experiencia con austeridad, silencio y oración, tal cual debe ser el santo entierro de Jesús, y no el pretexto para hacer una fiesta (BDR).