“Se ha Perdido la Esperanza y la Confianza”, Deplora

Por Benny Díaz

“Hay quienes viven en la hipocresía de la fe, no tienen esperanza en la vida eterna ni en el amor de Dios. Jesús nos ama a todos los creyentes y hay que preguntarnos si realmente aceptamos esa verdad porque se ha perdido la esperanza y la confianza y quedan sepultados en una tumba sin esperanza de salir de ella y prefieren ese sepulcro de la rutina, mediocridad, depresión, odio, vanidad, envidia, soberbia”, dijo el obispo Juan Espinoza Jiménez a los fieles que acudieron a misa de las 10:00 horas a Catedral.

En el Evangelio, dijo el prelado, se habló de la muerte de Lázaro y cómo Jesús lo resucitó para demostrar que es el dueño de la vida y que vino al mundo precisamente a salvarnos y darnos vida eterna, pero con el pecado y el desvío de muchos que combinan la fe católica con otras prácticas totalmente opuestas es cuando se cae en una falsa creencia del catolicismo y se van por dónde no es y pierden no sólo la fe en Dios, sino en la vida misma y se pasan al lado de la muerte en donde hay desesperanza, miedo, angustia y todo aquello que no permite aceptar a Cristo.

“Hay que renunciar a cambiar la luz por muerte, como dejar esos sueños e ideales, quitemos esas piedras de las tumbas espirituales en que nos encontramos en muchas ocasiones. Hay una verdad y es la resurrección que es del cuerpo y del corazón. La primera es cuando al llegar al último día, Dios nos llame es para tener vida eterna y la segunda es la de cada día y que se consigue con la oración y el ser constantes en ayudar a los demás, ser caritativos y dar testimonio de ser discípulos de Cristo”.

El purpurado resaltó que “esta vida es bella, buena, alegre y por eso el enemigo, por envidia, ha infundido la muerte en el mundo, Jesucristo vino a liberarnos y estamos llamados a quitar esas piedras de todo lo que sabe a muerte”.

El misterio pascual de Cristo se da gracias a la acción y poder del Espíritu Santo y “la persona camina hacia una vida nueva, es una criatura para la vida y hay que involucrarnos con los demás ayudándoles a quitar esas piedras de los sepulcros que los tienen cautivos, desatándolos para que caminen hacia la luz. Hay quienes se encuentran en una situación complicada y no están en disposición de hacer nada, ni de orar, como Lázaro en la tumba, por eso necesitan que otros lo hagan por ellos”.

En el mensaje a los fieles, el obispo insistió en que Jesús vino a revivir a los muertos y sobre todo, “a los que tienen el corazón en la oscuridad y le ha perdido el sentido a la vida, ejemplos hay muchos y nosotros podemos ayudarlos a que vuelvan a tener amor. Les digo a quienes tienen en casa o en un asilo a un padre o madre anciano, quizá su corazón esté muerto por el silencio de los hijos y basta con una llamada de teléfono o una visita para que regresen las ilusiones y sentido a su vida”.

También habló de otros ejemplos, como los matrimonios que se enfrentan a los problemas diarios y pasar por momentos de crisis económica cuando se pierde el trabajo, entonces hay que apoyarse mutuamente y caminar juntos, no dejar “tirado” al que se encuentra triste y sin esperanza.

O aquellos que tienen una hija, hijo, hermano o cualquier familiar “perdidos en la droga, el sexo o cualquier tipo de adicciones, pueden brindarle cuidados y hacerlos fuertes con su presencia, hay muchos ejemplos y caso todos vivimos momentos de tumba y necesitamos que otros nos animen u nos den una palabra que nos haga sentir que estamos vivos”.