En la Carretera 70 Poniente

Fotografía relevante a la nota.

Cerca de la comunidad Ojocaliente, en Calvillo, un camión torton chocó contra un poste de madera y otro de concreto, resultando heridos sus cinco tripulantes, uno de ellos de gravedad

Un torton cargado de ladrillos chocó dos postes y se volcó sobre uno de sus costados, dejando saldo de cinco heridos, en la carretera federal 70 poniente, en Calvillo.

El responsable del percance es Mario “N” “N”, de 48 años, quien se encuentra hospita­lizado al igual que Juan Valentín “N” “N”, de 21 –de quien temen que pierda la vida–, Daniel Alejandro “N” “N”, de 38 y dos jóvenes de 16.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 10 de la mañana de ayer, cuando Mario condu­cía el vehículo Kenworth Kenmex de redilas naranja con blanco, con placas 2AA-402-A, cargado de ladrillos. Se desconoce quién iba de copiloto, pero el resto viajaba encima de los ladrillos.

Se desplazaba a exceso de velocidad por la carretera mencionada, con dirección al poniente, y al entrar a la curva del kilómetro 44+600, en la comunidad Ojocaliente, perdió el control a la derecha, derribó un poste de madera de la empresa Telmex, otro de la Comisión Federal de Electricidad y se volcó sobre su lado derecho.

Al recibir el llamado de auxilio se dirigieron policías estatales, municipales, paramédi­cos de la Secretaría de Salud, bomberos y elementos de Protección Civil de Calvillo, además de socorristas y rescatistas de la Cruz Roja Mexicana, seguidos por elementos de la Guardia Nacional de la División Caminos.

Los “tragahumo”, utilizando el equipo de “las quijadas de la vida”, lograron extraer al chofer del torton y de urgencia lo trasladaron al Hospital General de Calvillo donde su estado de salud se reportó delicado, “pero estable”.

Mientras esto sucedía, otros socorristas brin­daron los primeros auxilios a los demás heridos y los llevaron al Hospital General de Calvillo, con excepción de Juan Valentín, que fue inter­nado en el Hospital Hidalgo, donde los médicos tratan de rescatarlo de las garras de la muerte.

Por varias horas fue interrumpida la circu­lación en ese tramo de la carretera, hasta que la pesada unidad fue puesta sobre sus ruedas y remolcada a una pensión.