UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
VAYA CHAMUSCADA QUE LE DIERON A “EL RO”…
El zacatecano Rodrigo Román Ortega, mejor conocido entre las personas que le hablan de tú, como “El Ro”, sufrió la chamuscada de su vida, cuando varias empleadas de la Delegación de Aguascalientes de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en donde el mero chipocludo es “El Ro”, organizaron una rueda de prensa para denunciar públicamente el acoso sexual y laboral de su jefe “El Ro”, quien por el sólo hecho de tener bajo su sus órdenes a un grupo de mujeres, cree que le pertenecen, en cuerpo, alma y corazón, por lo que cuando se le calienta “la pichancha”, le exige a las elegidas se queden más tiempo para arreglar tal o cual problema, “amoroso”, pero…
Claro que hay algunas que acceden, pero luego salen en chinga del edificio cuando “El Ro” les avienta los perros, al son de La Marcha de Zacatecas.
Herido en su amor propio porque nomás no se le ha hecho con ninguna, “El Ro” comenzó a acosarlas laboralmente para hacer de las suyas, pero lo único que ha logrado es el repudio del personal de la Delegación de Aguascalientes de la susodicha Secretaría de Relaciones Exteriores, en donde nomás truenan los chicharrones del presidenciable Marcelo Ebrard Casaubón, a quien por cierto no le gustan esos modos empleados por el admirador del mítico “El Tirantes”.
Las víctimas del tal “El Ro”, desesperadas porque por más que han denunciado los excesos del delegado, sus problemas no se solucionan, buscaron y encontraron la asesoría y el apoyo de las aguerridas integrantes del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG), para que “el cachondo” de “El Ro” frene sus dotes de burócrata enamorado, pero tal parece que el zacatecano está bien parado con gente del carnal Marcelo.
Bueno, pero ¿quién carajos es el tal “Ro”? Rodrigo Román Ortega comenzó su carrera delictiva, perdón, su carrera burocrática en Telégrafos Nacionales en atención al público (1978-1981).
- Después en Telecomunicaciones en Zacatecas en Cajas (1989-1994).
- Luego en el Ayuntamiento de Zacatecas, Regidor (1995-1998).
- Posteriormente en la Presidencia Municipal de Zacatecas, como Secretario Particular del alcalde (1996-1998).
- Candidato perdedor a la Presidencia Municipal de Zacatecas en dos ocasiones (2004 y 2018).
- En el Senado de la República, fue asesor (1998-2006).
- Años después repitió color en el Senado de la República, como asesor (2014- 2016).
- Y en la Secretaría de Relaciones Exteriores, delegado en Aguascalientes desde el 16/03/2020 a la fecha.
Bueno, pues aquí tiene el lector a grosso modo, lo que es y lo que vale política y burocráticamente “El Ro” que, como usted puede ver, tiene muchos años moviendo en abanico en cargos de medio pelo para abajo, desde hace poco más de 44 años, cuando ingresó al servicio público en “atención al cliente” en Telégrafos de México, en la vecina Zacatecas en 1978. Va la pregunta: ¿Cree usted, que los días de “El Ro” como delegado de la SRE en Aguascalientes, han llegado a su fin, o continuará correteando a sus subordinadas cada vez que se le calienta la pichancha?
ZACATECAS SIGUE EN LLAMAS...
En el vecino estado, el narco ha sentado sus reales desde que el priísta Alejandro Tello Cristerna le abrió las puertas de par en par en 2016, cuando ganó la gubernatura de manera clara y contundente, como dispendiosa fue su campaña con eventos costosos y acarreos escandalosos que, a vuelo de pájaro costaron muchos, pero muchos millones de pesos.
Pero con Miguel Alonso Reyes en Palacio de Gobierno, no había necesidad de tanto dispendio ni tantas promesas, ni tantos contratos con Zacatecas, pues Miguel Alonso le sabe muy bien a las campañas tanto que, en sus seis años de gobierno, no perdió ni una.
Y cuando la morenista Soledad Luévano Cantú, ganó la presidencia municipal de Zacatecas, Miguel,con “papelito habla” le tumbó el triunfo y llevó a Palacio Municipal a la priísta Judith Guerrero López.
Sin embargo, Alejandro Tello, hechura de Miguel Alonso, sintiéndose poco a la vista de Miguel, le metió mucha lana a su campaña: todos los días firmaba un Contrato con Zacatecas, en la que se comprometía a regresarle la paz y la tranquilidad, a la raza: “SI NO CUMPLO, ¡ME VOY!”, decía y firmaba “cheques en blanco”, y tuvo la “osadía” de enfrentarse a los hermanos Monreal, “que, como todo Zacatecas sabe, tienen nexos con el narco”, y los de Plateros callaban ante tal acusación del narigón.
Reitero: no había necesidad de tanto despilfarro, Tello, o mejor dicho Miguel, quien por siempre arrastró el voto de la mujer que lo vitoreaba con un: “¡Miguel bombón, te quiero en mi colchón”, tenía asegurado el triunfo de su hijo putativo.
Cosa por demás sospechosa comenzó a suceder desde que aquel 12 de septiembre de 2016, cuando Tello llegó a Palacio de Gobierno: las ejecuciones comenzaron a triplicarse, en un solo día, en Los Cañones, cayeron muertas más de 30 personas entre narcos, policías y civiles, todos los días, todos los días, comenzaron a surgir ríos de sangre: las puertas de Zacatecas se abrieron de par en par y la venta y consumo de drogas también se elevó considerablemente.
Página 24 Zacatecas informó puntualmente sobre las ejecuciones, desapariciones forzadas, extorsiones, secuestros, feminicidios, descuartizados, asesinatos de niños, de estudiantes, de policías, comandantes y hasta de desapariciones de subprocuradores. Nada escapaba del control del narco.
Y con mucho, el gobierno de Alejandro Tello superaba la violencia y la inseguridad de sus antecesores: Miguel Alonso y Amalia Garcia, así las cosas, comenzó el calvario de Alejandro Tello: “¿Cuándo te vas?”, y Tello callaba.
LA MAÑANA DEL 15 DE OCTUBRE DE 2017...
Un año y tres días después de haber arribado holgadamente a Palacio de Gobierno, quedó marcado el gobierno de Alejandro Tello, como el peor en la historia de Zacatecas: una niña de 16 años, estudiante de prepa de la UAZ, fue localizada en un arroyo de aguas negras muy cerca de la 1: la habían golpeado, violado, asesinado y su cuerpo arrojado a ese infecto lugar, por uno o más enfermos sexuales, posiblemente gente muy poderosa e influyente.
Rápidamente tan abominable asesinato trascendió no sólo a nivel local, sino nacional e internacionalmente.
DIME TELLO, DIME TELLO, DÓNDE ESTÁS, DÓNDE ESTÁS...
El estudiantado de Zacatecas, como nunca, mostró su repudio al gobierno Tellista y a viva voz preguntó: ¿Si no cumples te vas? Pues qué esperas hijo de la ching… que no te vas, y miles de estudiantes universitarias marcharon por las calles del Centro Histórico de la Ciudad exigiendo la renuncia del gobernador y cantando Martinillo,con algunos cambios en su letra: “¡Dime Tello, dime Tello dónde estás, dónde estás; chingas a tu madre, chingas a tu madre donde estés, donde estés”!, pasando así de la indignación a la burla, al insulto…
“¡Chingas a tu madre, chingas a tu madre, donde estés, donde estés!”.
Ante la muchedumbre, Tello temblaba, y en un arranque de nervios expresó: “Yo no tengo problemas, ¡yo no la maté!”.
Tal fue su salida.
Los universitarios habían mostrado el músculo de la indignación, ya se habían cometido varios asesinatos de estudiantes, pero el de Cinthia Nayeli Vázquez, había rebasado todo; se citó a una reunión urgente con el Grupo de Coordinación Local en Seguridad (GCL), a la que asistió el indignado rector Antonio Guzmán Fernández, que salió muy molesto de la susodicho reunión, pues el gobernador lo primero que dijo fue: “Con la información con la que se cuenta nos permite concluir que se trata de un feminicidio”.
Lo que ocasionó un linchamiento mediático contra “el pendejo narcogobernador de Zacatecas”, y durante todo su gobierno cargó con ese calificativo: “narcogobernador”.
Esto apenas comenzaba.
LA POLICÍA, INFILTRADA POR EL NARCO...
Sospechosamente el gobernador Alejandro Tello nunca quiso nombrar un secretario de Seguridad Pública Estatal, originario de Zacatecas y, en cinco años de gobierno tuvo tres jefes policiacos: el general Froylán Carlos Cruz, el policía federal Ismael Camberos Hernández y Arturo López Bazán, quienes fueron coincidentes: nunca detuvieron infraganti a ningún narcosicario, pero sí les dejaban el campo libre para cometer los asesinatos.
Y como si esto fuera poco, un negro en el arroz contaminó totalmente la policía estatal: John William Casara Luna, un policía de élite originario de Colombia que pronto ascendió a comandante de la policía estatal y de inmediato fue apodado “El Comandante Colombiano”, se involucró por cuenta y riesgo en la venta de drogas: los decomisos que hacía él mismo los distribuía y todo le salía de maravilla pues contaba con el apoyo, la complicidad, la simpatía del secretario Ismael Camberos… hasta que se metió con la persona equivocada: un joven limpio de 18 años llamado Iván Espino Colunga, a quien John William confundió con un mininarco.
Resulta que en junio de 2018, a una casa humilde llegó el mencionada Comandante Colombiano, con su ayudante y entraron violentamente al hogar y sacaron a goles a Iván Espino, preguntándole “dónde tienes la droga”.
Lógicamente, el chamaco no sabía nada de esa ni de otra droga, no obstante, lo privaron de su libertad, sin importarles las súplicas de su madre, Inés Colunga Montañez, quien les aseguraba por Dios que su hijo era inocente y nada tenía que ver con las drogas, sin embargo, lo privaron de la libertad, y de su vida minutos más tarde.
Al despuntar el alba, Inés tomó un camión en el municipio de Panfilo Natera, su lugar de origen y se dirigió a la capital del estado con la intención de pedirle apoyo al gobernador Tello. No lo logró ver, pero la atribulada mujer habló con los reporteros de la fuente, a quienes informó del secuestro de su hijo a manos del polinarco colombiano. En eso estaban cuando los reporteros se enteraron de que Iván “ya había aparecido… muerto”.
Fue un escándalo que Camberos desvirtuó: inventó que la madre de Iván había confundido al colombiano con otro policía y que la camioneta de su “favorito” había sido clonada, pero… Finalmente Camberos fue obligado a renunciar y el colombiano hoy paga por el asesinato del joven Iván de 18 años y su involucramiento en las drogas.
JEFE ANTISECUESTROS, CÓMPLICE DEL NARCO...
Otro asunto igual de peliaguado, o más, cimbró a la Fiscalía General de Justicia: Gustavo Domínguez Saldívar, exdirector de la Policía Ministerial de Zacatecas y Jefe Antisecuestros, era el intermediario entre el narco y sus superiores: las investigaciones, como en su momento lo manejó Página 24 Zacatecas, eran de que recibía cifras millonarias en billetes verdes, a cambio de protección y complicidad; según nuestra agencia apro-proceso: “Gustavo Domínguez Saldívar, exdirector de la Policía Ministerial de Zacatecas, fue detenido en Matamoros, Tamaulipas, acusado de delincuencia organizada y enriquecimiento ilícito: 13 de septiembre de 2020”.
Días después la misma fuente negó la información: Gustavo Domínguez “está desaparecido”, y desde entonces ya no se dijo nada de él, sólo que “está desaparecido”, ¿quiénes estaban arriba de Domínguez?, pues ahí siguen estando. Otro asesinato involucró a un comandante de la Fiscalía General de Justicia del Estado con doble función: trabajaba para el gobierno de Tello y… para el cártel de Los Talibanes. Pero por hoy, aquí la dejamos…
Y CON ESTA ME DESPIDO...
Cuando todo Zacatecas creyó que David Monreal tenía todo para meter a la cárcel a su antecesor, el de Plateros aparentemente lo “perdonó” y prefirió seguir bailando con la más fea, y la raza del vecino estado se pregunta: ¿qué hizo a David recular? ¿Acaso es cierto lo que denunció la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román qué “Alito” y Ricardo Monreal negociaron la gubernatura de Zacatecas, a cambio de impunidad, a Tello?
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 29).