Ebria Mató a su Acompañante en Brutal Choque

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El auto quedó pegado al muro poniente luego de estrellarse contra un pilar de concreto

Una mujer en estado etílico mató a su acompañante, al estrellar brutalmente su carro contra uno de los pilares de concreto del “túnel de la muerte”, al poniente de la ciudad.

La víctima mortal fue Mariel López Arai­za, que contaba con entre 25 y 30 años. La homicida es Alma Rubí Martínez, de 28, quien se encuentra en las celdas de la Policía de Investigación.

El mortal percance ocurrió minutos antes de las nueve de la mañana de ayer, cuando Alma Rubí conducía el auto Renault Kwid negro, modelo 2020, con matrícula ACA-306-C “a 144 kilómetros por hora” –de acuerdo al radar de mano de una policía de vialidad apostada afuera del panteón Jardines Eternos–, por el Segundo Anillo de Circunvalación Poniente, con dirección al sur.

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Mariel López Araiza murió dentro del destrozado auto Renault Kwid que manejaba Alma Rubí Martínez

Al ingresar al paso a desnivel del cruce con Salvador Quezada Limón, perdió el control a la izquierda y subió al camellón central para desplazarse “como patineta” hasta estrellar de lleno el costado derecho contra el primer pilar de concreto, dando un medio giro, quedando el Kwid con el frente pegado al muro poniente.

La mujer policía a cargo del radar escuchó el fuerte choque y se dirigió al lugar, pidien­do la urgente presencia de paramédicos.

Se dirigieron socorristas y rescatistas de la Cruz Roja Mexicana, seguidos por bom­beros, los cuales confirmaron la muerte de Mariel y la cubrieron con una sábana blanca.

También brindaron los primeros auxilios a Alma Rubí, quien despedía fuerte tufo a alcohol, sin que fuera necesario llevarla a un hospital, por lo que uniformados la pusieron a disposición del Ministerio Público.

Acordonado el sitio y el cierre de circula­ción del túnel en ambos sentidos, se presen­taron para dar fe del cadáver elementos de la Dirección General de Investigación Pericial y de Homicidios de la Unidad Estatal de Investigación Criminal.

Al término de las diligencias del caso, los peritos, rescatistas de la Cruz Roja y bom­beros municipales, utilizando “las quijadas de la vida”, extrajeron el cuerpo sin vida y lo trasladaron al Servicio Médico Forense para la necropsia de ley.