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José Manuel González Mota

Se Habían Tardado

LUEGO DE que los dejaran fuera e hicieran la intentona de meterse, aunque fuera por la más pequeña de las rendijas para gozar de las mieles del poder en Morena, hubo quienes, como José Manuel González Mota, nomás no pudieron.

LLEGÓ A alcalde (la primera vez) por Nueva Alianza, pero él no se sintió “huérfano” cuando dicho partido desapareció y fue raudo y veloz a refugiarse en Morena.

PERO AL igual que el tristemente célebre diputado con aires de boxeador, Heder Guzmán Espejel, dejó claro que era de los morenistas más panistas.

ANDUVO DE queda bien con Martín Orozco Sandoval, a quien le llamaba “mi gobernador”, y ahora ni hablar con Tere Jiménez Esquivel, y más cuando le va a poner una puerta de acceso al estado por Asientos, la demarcación que gobierna como alcalde y en donde hay muchos que más que como presidente municipal, lo ven como cacique.

CUANDO SE dio cuenta que por más intentos que hiciera no iba a conseguir poder en Morena, y que los liderazgos “naturales” -porque al menos son los que han estado desde que se creó Morena y les tocó la talacha de fundarlo en la entidad- volvieron a unir fuerzas para que las rémoras se fueran por donde vinieron, ya no le gustó.

Y HAY UNO que ha andado en campaña por años y que sigue con sueños guajiros de ser alcalde o senador porque son seis años de impunidad, bueno de fuero, tiempo suficiente para aspirar a algo más.

Y FLACO favor le hace a una de las corcholatas con el tendencioso y sangrón eslogan de “Que Siga López, Porque Estamos Augusto”, entonces Francisco Arturo Ávila Anaya juntó a toda la bola de ardidos e hizo su “grupo opositor”, en donde están las regidoras que llegaron al poder de rebote y le deben ese favor.

TAMBIÉN HAY diputados y diputadas de Morena, a quienes mangonea porque salieron de las filas de sus empresas y de un día para otro se volvieron “políticas”; y están los que se quedaron solos, solos, dijera Emmanuel, al darse cuenta de que sus jefes ya no contaban con poder.

ENTONCES SE juntaron las arpías con las arañas para hacerle frente a la dirigencia de Morena, que porque nomás no les acomoda.

PODRÁN DECIR lo que quieran, pero al menos se nota que hay trabajo en campo porque están haciendo estructura; se nota el cambio y bueno, seguirán la lucha para “derrocar” a los que están, porque eso de sufrir delirios de grandeza hace que los descalabros y no ser querido por la gente sea peccata minuta si del poder se trata (BDR).