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Rodrigo Román Ortega (al centro), jefe de la oficina de pasaportes de la Secretaría de Relaciones Exteriores

Influyentismo

LOS DOBLES discursos de los políticos son lo que peor cae a la población y en esa lista está Rodrigo Román Ortega, jefe de la oficina de pasaportes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien anda de queda bien con los que tienen “poder”, sí ese que les da el electorado y el sueldo que recibe también lo pagan los ciudadanos, así que no se le olvide al “jefe” que da los pasaportes porque es empleado de los mexicanos.

Y ES QUE resulta que para la gente de a pie, esa que trabaja todos los días, llueve, truene, relampaguee o lo que sea, Rodrigo Román Ortega se pone sus moños para darles una cita para que tramiten su pasaporte.

AH, PERO que no le llamen sus “amigos”, “patrones” o como los quiera ver porque para ellos hay espacio en la agenda, citas al instante y hasta hay tiempo para la foto del recuerdo.

RODRIGO, NO sea tan arrastrado, porque eso de andar sonriendo y cumpliéndole sus caprichos a los políticos, aunque sean sus amigos, no lo hacen buen funcionario y usted se debe al pueblo y nada más que al pueblo.

¿O NO es eso lo que dice el presidente?, que el pueblo es primero, ¿entonces? AHÍ VA la historia, para que luego Rodrigo no se pare de pestañas y se le vaya a deteriorar la manicura antes de reclamar.

HUBO UN hombre que pidió una cita en calidad de urgente porque tenía a su señora madre muriéndose, la mujer estaba en Estados Unidos y el hombre en Aguascalientes.

PERO RODRIGO dijo que no había citas disponibles y le valió un cacahuate que fuera algo tan serio y, literal, de vida o muerte.

POR SUS pistolas no le dio ni cita ni pasaporte a quien lo solicitó con la desesperación de no poder viajar al vecino país para ver a la autora de sus días.

AH, PERO entonces que le llama una tal Ana Luisa del Muro, a quien Rodrigo presentó como diputada local de Zacatecas, y más se tardó en llegar la legisladora que el barbero  en tenerle listo el pasaporte y se tomó la foto para colgarla en redes sociales con la leyenda de: “servir es mi pasión”.

YA CON eso era para indignarse, pero no, falta más: Le llamó Eleuterio Ramos Leal, alcalde de Valparaíso, Zacatecas, quien junto con uno de sus achichincles también fue recibido casi con alfombra roja por el queda bien de Rodrigo y les dio su pasaporte sin hacerlos esperar ni cinco minutos, porque también se tomó la foto y volvió a repetir que servir es su pasión.

SI DE verdad es así, Rodrigo Román Ortega, déjese de payasadas y atienda a todos los ciudadanos por igual dejando el influyentismo a un lado. No olvide que el dinero que cobra usted, la diputada, el alcalde, sus achichincles y todo servidor público proviene del pueblo, sus patrones auténticos, para que le quede claro. (BDR)

Cabeza Fría

JAIME BELTRÁN Martínez, secretario del ayuntamiento, reconoció que por años le ha tocado mantener la “cabeza fría” como le encomendaron, primero Tere Jiménez Esquivel y luego Leonardo Montañez Castro para que fuera el enlace entre “los palacios”, entiéndase el del Municipio y de Gobierno.

AUNQUE ASEGURÓ que siempre ha habido una “buena relación”, la realidad es de todos sabida y hubo momentos en que en el “mayor” hasta había uno que sufría de paranoia y aseguraba (una vez a quien esto escribe) que traía un montón de celulares porque “me espían” del palacio “menor”.

ESE DÍA salí del lugar aguantando la risa porque no sabía si el personaje en cuestión se sentía el James Bond región 449 o de plano no controla lo que bebe, fuma o sabrá Dios qué.

PERO VOLVIENDO al tema, es que a veces la guerra fría entre palacio mayor y palacio menor era parecida a la de Rusia con Estados Unidos en su momento, y eso todo mundo lo sabía.

AHORA LA cosa es más cálida y hasta el secretario se nota más relajado, tanto que también habló de que van adelantados con lo que a ellos corresponde realizar de la Romería y que este año, al igual que el pasado, habrá menos puesta y se autorizará menos aforo, o sea no al 100 por ciento y tal vez ni peregrinaciones, matlachines y demás.

TAMBIÉN QUE los puestos deberán de apegarse al tema, entiéndase que deberán de vender artículos religiosos y comida con la debida revisión sanitaria, pero nada de querer ofertar lencería y otros chunches que ni al caso con el tema.

EN OTRAS palabras, sí, los vendedores ambulantes andan muy necesitados, pero que no la chiflen que es cantada, el evento es la Romería de la Asunción y no es para andar festejando “el amor o la amistad”. (BDR)