Destrozó su Camioneta Blindada
Érick Gabriel Mejía Francisco, titular de la Unidad Especializada en Investigación de Homicidios de la Fiscalía General del Estado, terminó la parranda cuando chocó su camioneta blindada contra un barandal y un arbotante, logrando huir pero policías municipales lo capturaron en el fraccionamiento Exejido Ojocaliente.
El percance ocurrió minutos antes de las tres de la madrugada del sábado 4, cuando el funcionario, que debe su cargo al tristemente célebre torturador Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, exprocurador general de Justicia del Estado, guiaba el vehículo Nissan Armada blindada plata, modelo 2012, con placas AFG-522-A, por la avenida Aguascalientes oriente, con dirección al sur.
Al subir el puente elevado del cruce con la avenida Alameda, debido al exceso de velocidad perdió el control a la derecha, subiéndose a la guarnición para chocar su costado derecho contra el barandal de protección y contra un arbotante, el cual derribó.
Lejos de afrontar su responsabilidad, el borracho investigador pisó al fondo el acelerador huyendo a pesar de los daños en la suspensión de la unidad, dejando una huella sobre el pavimento que fue seguida por policías municipales hasta la calle 20 de Noviembre del Exejido Ojocaliente, donde el sujeto se identificó como elemento activo de la Fiscalía General del Estado.
Los uniformados solicitaron información y arrojó que se trataba del jefe de la Unidad Especializada en Investigación de Homicidios.
Aparentemente los policías lo iban a liberar, pero a la llegada del reportero de esa Casa Editorial, esposaron a Érick Gabriel, lo subieron a una patrulla y dijeron que lo presentarían ante el juez calificador en turno acusado de “manejar borracho y provocar el accidente”, pero no se dio a conocer si efectivamente ocurrió el traslado.
Horas más tarde, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, a través del vocero Miguel Martínez, dio a conocer que los daños ocasionados “por Erick Gabriel N N, de 23 años [sic], “fueron estimados en 15 mil pesos”, cuando los arbotantes cuestan alrededor de 20 mil, según policías de vialidad.
Por temor a represalias, pues el investigador “es gente del torturador Felipe de Jesús Muñoz Vázquez”, según aseguran policías investigadores, Miguel Martínez se negó a proporcionar información en cuanto a los grados de alcohol que marcó el aparato del alcoholímetro al serle aplicado a Mejía Francisco.