Piloto Fallece al Chocar dos Veces e Incendiarse su Bólido estacionado, el Nissan Tiida plata, propiedad

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Luego de estrellarse, el Pontiac Fiero terminó deshecho y comenzó a incendiarse

A bordo de un auto biplaza y a velocidad inmoderada, murió un hombre tras estrellar­se contra un auto estacionado y la caja de un tráiler y finalmente quedar envuelto en llamas, en la carretera federal 70 poniente, a la altura de la empresa Valle Redondo, durante la madrugada del sábado.

El trágico y brutal accidente se registró minutos antes de las 1:00 horas de ayer cuando Carlos García de León se desplazaba a exceso de velocidad en un Pontiac Fiero rojo de dos plazas, modelo 1984, sobre la arteria citada, rumbo al oriente.

Al llegar a la altura de la fábrica y envasa­dora de bebidas de fruta, el chofer del coche deportivo perdió el control del volante al circular al menos a 120 km/h y se proyectó a la derecha para estamparse contra un auto estacionado, el Nissan Tiida plata, propiedad de Jonathan Martín Arellano Medina, de 29 años, empleado del establecimiento.

El bólido siguió su trayecto para estampar­se contra la parte posterior de la caja de un tráiler que dirigía Benito Carvajal Chávez, de 50 años de edad, quedando incrustado el Pontiac Fiero a la vez que moría al instante Carlos García de León y la unidad comenzó a incendiarse.

Trascendió que el trailero se encontraba descansando en la cabina cuando lo despertó el estruendo, por lo que se asomó y al ver las llamas optó por mover el tractocamión para que no sufriera mayores daños.

De inmediato, personal de Valle Redondo acudió para combatir el fuego con extinto­res, llegando minutos más tarde bomberos municipales para sofocar el elemento ígneo.

Llegaron también policías de vialidad para abanderar la zona que quedó cerrada en todo ese tramo debido a lo aparatoso del accidente.

Finalmente, con ayuda de “las quijadas de la vida”, los “tragahumo” rescataron el cadáver, que fue entregado a peritos forenses y elementos del Grupo Homicidios de la Po­licía de Investigación, quienes se encargaron de trasladarlo a la morgue del Semefo para practicarle la necropsia de ley.