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La explosión del polvorín Pirodepot ocurrió al filo de las 11 de la mañana de ayer; en el lugar falleció Javier “N” “N”, que contaba con 34 años y perdió las piernas, mientras que Ángel Salazar, de 30 años, quien sufrió severas quemaduras en casi toda su superficie corporal, murió minutos después de ser ingresado al hospital 2 del IMSS

Dos personas murieron al estallar una bodega de fuegos pirotécnicos, en la comunidad Cañada Grande de Cotorinas, al sur de la ciudad. Las víctimas Ángel Salazar, de 30 años, quien tenía quemaduras graves en casi toda su superficie corporal y Javier “N” “N”, de 34, quien perdió las piernas.

Los hechos ocurrieron en el polvorín Pirodepot, en una zona serrana de dicha población, a la que se accede por la carretera estatal 77, cerca de la pensión municipal Paraíso. Pirodepot se conformaba por tres bodegas construidas con paredes de ladrillos y con techos de láminas galvanizadas.

Por motivos que se desconocen, minutos antes de las 11 horas de ayer, una de dichas construcciones estalló, saliendo literalmente volando Ángel y Javier. Vecinos de los pueblos aledaños, como Los Parga, Los Arellano y Calvillito, escucharon el estallido y sintieron “como un temblor”.

Una persona que vio cómo “el polvo se levantaba”, se montó en su moto y acudió al polvorín, y al ver el desastre se dirigió a la carretera estatal 77, que conecta a las comunidades Calvillito y Los Arellano, para llamar al servicio de emergencia 911.

Pronto arribaron policías estatales y municipales, así como paramédicos de la Cruz Roja Mexicana y del ISSEA, quienes encontraron muerto a Javier y a Ángel aullando de dolor.

Inmediatamente le brindaron los primeros auxilios y lo llevaron al hospital 2 del IMSS, donde ya lo esperaba el personal médico, pero murió minutos después de ser ingresado.

También se presentaron elementos de Protección Civil y bomberos, soldados de la XIV Zona Militar y de la Guardia Nacional, quienes brindaron protección periférica.

Personal de la Dirección General de Investigación Pericial y de la Comisaría General de la Policía de Investigación al mando de Juan Muro Díaz, interrogaron a los encargados de Pirodepot, quienes entregaron la documentación que acredita la presunta operación legal del lugar.

En la inspección ministerial, a 30 metros aproximadamente de los escombros, encontraron las piernas de Javier. Dentro del predio, quedó dañada el frente y el parabrisas de la camioneta Chevrolet 1500 blanca con caja, placas 12-AN-M de autotransporte federal.

También se dañaron paredes de las bodegas, tubulares de acero y la malla ciclónica, cayendo ésta en el frente de dicho vehículo.

Terminadas las diligencias del caso, que tardaron varias horas, los peritos hicieron el levantamiento de los restos mortales de Javier y acudieron al nosocomio para dar fe del cadáver de Ángel, para su traslado al Servicio Médico Forense.