“Seamos más Fraternos Entre Nosotros”

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Juan Espinoza Jiménez presidió la ceremonia crismal (Foto: Alejandro Ruiz Hernández)

Juan Espinoza Jiménez, obispo de Aguascalientes, presidió en Catedral la ceremonia crismal del jueves Santo, en donde se consagran y bendicen los aceites para ungir a los bautizados y sacerdotes ordenados; así como el de los santos óleos, que es con el que se da fuerza de sanación a los enfermos o a aquellos que están a punto de fallecer.

A la ceremonia acudieron los sacerdotes que pertenecen a la diócesis para renovar sus votos y cumplir con su compromiso de anunciar el Evangelio y prestar atención a los fieles católicos en sus necesidades espirituales.

Estos aceites son una mezcla de oliva y perfumes, ya que tienen como finalidad “desprender el buen olor de Cristo” y por eso el santo crisma no se bendice, sino que se consagra por la brillantez que los perfumes le dan al ungüento.

El purpurado exhortó a los sacerdotes, diáconos y seminaristas a que “aprovechemos a ser dóciles con la fortaleza que nos da el Espíritu Santo viviendo en plenitud el sacerdocio y a descubrir juntos el camino que debemos continuar y construir en el amor que nos lleva a Dios y a trabajar en nuestra amada diócesis”.

En estos tiempos en que la religión y la vida espiritual se dejan en segundo plano, el obispo también dedicó palabras a aquellos que llevan la buena nueva para que “seamos más fraternos entre nosotros. No hagamos distinciones entre los fieles, seamos creativos y propositivos en nuestros programas pastorales dando prioridad en la atención a los adolescentes, jóvenes y familias”.

También “que nuestras parroquias sean centro en donde se escuche en unidad y comunión, pero sobre todo con solidaridad con los más pobres e ir al encuentro de aquellos que están más alejados de Dios. No nos cansemos de anunciar con amor el Evangelio, donde quiera que estemos. Como ministros hay que actuar con misericordia para que sea el sentido de nuestras promesas sacerdotales”.

Les agradeció “una vez más su entrega generosa para seguir diciendo sí a la llamada recibida por Jesús y que la abundancia en las inclemencias que debamos enfrentar, sea la misma en las alegrías y las tristezas, que con nuestro Señor seamos bálsamo misericordioso y nos encontremos en el camino de la vida y todo lo que hagamos sea lo que él nos dice”.

También encomendó a la Virgen María como “reina de Aguascalientes, que nos ayude a seguir con fuerza al Espíritu Santo para que con Cristo Jesús sostenga nuestro ministerio sacerdotal”.

Les recordó que Jesús fue el primer sacerdote, el que instauró la eucaristía, y es él quien los llama a seguirlo, a dedicar su vida y a consagrarse a ese ministerio que es parte medular de la iglesia.