“También por Pobreza y Resguardo”

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Julio Barrera Moreno y Rogelio Pedroza González (Foto: Página 24)

El 3 de marzo la Ciudad de los Niños cumplió 69 años de funcionar como un hogar para aquellos menores que se encuentran en estado de vulnerabilidad, ya sea por orfandad, pobreza o en resguardo al ser canalizados por el DIF Estatal, dio a conocer en conferencia de prensa Julio Barrera Moreno, director de dicha institución católica.

Acompañado por Rogelio Pedroza González, vocero de la Diócesis, el sacerdote dijo que debido a la pandemia de Coronavirus “se han incrementado los niños y niñas que recibimos debido a que se quedaron huérfanos”.

El incremento fue significativo, porque antes de que llegara el virus SARS-CoV-2 con las variantes conocidas en la entidad, llegaba un infante por haber perdido a sus padres y ahora “tenemos 15 por esa situación”.

Cuando se inauguró la Ciudad de los Niños por iniciativa del sacerdote Antonio Hernández Gallegos, mejor conocido como el Padre Toño, el objetivo fue acoger a aquellos infantes que no tuvieran padres o sí contaran con familia pero por la pobreza no tuvieran una vida digna.

Ahora, 69 años después, se han ido ampliando. Al inicio sólo se aceptaban niños varones, con el tiempo se creó un espacio aparte para las niñas que están en las mismas circunstancias y, posteriormente, se abrió una casa de descanso para personas de la tercera edad y el asilo San Nicolás, que es “para personas célibes, aquellas que no se casaron ni tuvieron hijos que puedan hacerse cargo de ellos. Aunque no necesariamente el que se tenga descendencia es garantía de que les hagan caso a los padres cuando lleguen a la vejez; aquellos que no contrajeron nupcias ni tienen vástagos la tienen más complicada”.

También se recibe a personas que enviudaron pero no tuvieron hijos y que en consecuencia están solas. En estos casos las integrantes de la congregación de las Carmelitas Descalzas se encargan de su cuidado.

Barrera Moreno resaltó que actualmente la Ciudad de los Niños tiene albergados a 60 infantes, muchos de ellos están ahí por pobreza y descuido, ya que “lamentablemente estamos en un mundo donde la drogadicción es alta y los padres de estos pequeños están sumidos en esa enfermedad y no los atienden”.

Ahí se les instruye en cuatro ejes: La vida espiritual, el trabajo físico, deporte y educación.

Aceptan niños y niñas de cero a 15 años, pero de preferencia ponen un margen hasta los 10 años, que es “cuando todavía tenemos oportunidad de inculcarles valores y que aprendan que hay un todo integral y que para poder ser productivos hay que trabajar; para estar sanos hay que ejercitarse y para poder desarrollarse de manera adecuada deben aprender. Todo en conjunto se complementa con una vida espiritual que los lleve a conocer y descubrir a Dios”.

El sacerdote dijo que hay niños y niñas que se quedan ahí hasta el momento en que pueden insertarse en la sociedad y valerse por sí mismos, mientras que en su mayoría la estancia es temporal, en lo que sus padres u otros familiares de su círculo nuclear pueden hacerse cargo de ellos.

Sobre los huérfanos por COVID, dijo que en todos los casos sólo perdieron al padre o la madre, no a los dos, pero el que quedó debe trabajar y reestructurar su vida para tener las condiciones de volver a tenerlos consigo y brindarles la protección, los cuidados y el amor que merecen.

Mientras que a los que llegan vía DIF Estatal para que estén en resguardo, se les recibe mientras se define si vuelven con su familia de origen o son adoptados.

El 3 de marzo del 2023 la Ciudad de los Niños cumplirá 70 años, motivo por el que inicia el año jubilar que les fue concedido por el obispo Juan Espinoza Jiménez, en el cual las personas podrán ganar indulgencias plenarias visitando la capilla de San Nicolás, pero “debidamente preparados”.