Tomó por Asalto un Hotel en Marzo de 2020

Fotografía relevante a la nota.

Rigoberto Gutiérrez Domínguez, sentenciado a 50 años y 10 meses de prisión

Por los delitos de secuestro exprés y robo calificado, a 50 años y 10 meses de prisión fue sentenciado el delincuente Rigoberto Gutiérrez Domínguez.

Fue el 15 de marzo de 2020, cuando ingresó a un hotel para amarrar a un joven de 18 años y un menor de 13, y apoderarse de varios objetos.

De acuerdo a las investigaciones, al filo de las 12:30 horas del mencionado día, Rigober­to acudió al Hotel Allende, ubicado en calle General Ignacio Allende 339, en el Barrio de San Marcos, en donde fue recibido por el “entonces propietario, quien se encontraba en compañía de un familiar” –aunque en su momento se informó que eran los hijos de los dueños.

Gutiérrez Domínguez pidió información sobre las habitaciones y solicitó le mostraran algunas de ellas, por lo que el dueño le dio un recorrido por la casona y, al llegar a la cocina, el hoy presidiario tomó un cuchillo de sierra con mango de madera y de forma amenazante se lo mostró a la víctima a unos 30 centímetros de sus ojos.

En ese momento le aseguró que pertenecía a un grupo delincuencial y le colocó el arma cerca de las costillas, ordenándole que se des­pojara de sus prendas de vestir; enseguida, con su propio cinturón lo ató con las manos en la espalda y lo arrodilló, señalándole que no se moviera o sufriría las consecuencias. Además, se apoderó de un celular Huawei y tras exigir la contraseña se retiró hacia la recepción.

Ahí comenzó a buscar objetos de valor y al ingresar a una habitación contigua, se dio cuenta que el hermano menor del propietario se encontraba en el baño, pues éste llamó a su familiar al escuchar los ruidos.

Al no tener respuesta, el niño abrió la puerta y se topó con Rigoberto, quien empujó la hoja para que la golpeara y el indefenso cayó al suelo. Acto seguido, lo amagó con el cuchillo, le ordenó que se quedara en el sanitario y lo encerró.

Desde el exterior, el hamponcillo le cuestio­nó sobre el lugar donde guardaban los objetos de valor.

Más tarde, al no escuchar ruido, el menor sa­lió del baño y fue en búsqueda de su hermano, a quien encontró en el salón con un azadón en una mano y el cinturón con el que fue atado en la otra. Al revisar, se dieron cuenta que el caco se apoderó de lo siguiente:

Una mochila azul con rojo con la leyenda Totto; un teléfono celular negro Sony Xperia; una laptop negra HP con una calcomanía de manzana y su cargador; una hoja metálica de aproximadamente 11 centímetros con la leyenda Tramontina Made in Brasil con mango de madera, de aproximadamente nueve centímetros; un perfume de 100 mililitros azul Náutica Voyague; una calculadora blanco con azul Kadizz; un reloj azul con blanco para bebé; un teléfono celular morado Huawei, con funda de plástico transparente; 68 pesos con 50 centavos en monedas de diferentes denominaciones; una cadena de eslabones de cobre dorado, de aproximadamente 56 centímetros: una esclava de metal plateado; un sobre de plástico verde con diferentes papeles y una escuadra amarilla con una etiqueta azul.

Gracias a que las víctimas pidieron ayuda, policías preventivos capturaron a Rigoberto en la esquina de las calles Eduardo J. Correa y Emiliano Zapata, en la Zona Centro, siendo recuperado el botín.

El sujeto permaneció tras las rejas y se le vinculó a proceso. Ayer se anunció que fue condenado, por los delitos de secuestro exprés y robo calificado, a una pena acumulada de 50 años 10 meses de prisión y cuatro mil 25 días multa, que equivalen a la cantidad de $349 mil 692 pesos; además el pago de la reparación del daño, consistente en cantidades monetarias para el resarcimiento de las afectaciones psi­cológicas a las víctimas, estableciendo además que debe reparar el daño moral a los ofendidos.