Es una Técnica Relativamente Nueva que se ha Vuelto Tendencia

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Cada paciente necesita de un diagnóstico personalizado para determinar la prescripción dietética, de ahí la importancia de acudir con un experto en la materia

Se requiere de una adecuada historia clínica nutricia para determinar si el paciente es apto para llevar a cabo un régimen alimenticio como el ayuno intermitente.

 Estudios recientes han revelado que el ayuno intermitente, una técnica relativamente nueva que se ha vuelto tendencia entre los jóvenes, se ha convertido en una posible alternativa para reducir el riesgo de contraer algunas enfermedades crónicas, entre ellas el cáncer.

Lo anterior, debido a que este régimen alimenticio podría contribuir a prevenir otros padecimientos que lo propician, así lo explicó la Mtra. Lorena González González, jefa del Departamento de Nutrición de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

El ayuno intermitente, explicó la docente, es la abstinencia voluntaria de alimentos y bebidas por períodos específicos y recurrentes. Cabe señalar que existen dos modalidades: la primera consiste en comer durante 12 horas y ayunar las siguientes 12, o bien, comer durante ocho horas y ayunar dieciséis.

Sin embargo, la Mtra. Lorena González advirtió que a pesar del potencial de este descubrimiento, si no se lleva a cabo de manera correcta y con la orientación de un especialista, podría desencadenar una serie de afectaciones a la salud.

Después de transcurrir de 12 a 36 horas de no consumir alimentos, el cuerpo entra en un periodo en el cual comienza a producir energía no propiamente de la glucosa, sino de la oxidación de grasas, agregó.

Por esta razón, disminuyen los niveles de glucosa, se modifica la microbiota intestinal, que es la cantidad de bacterias que se encuentran en el intestino grueso; mejora el metabolismo y con ello, promueve la pérdida de peso, disminuye la presión arterial, y beneficia la frecuencia cardiaca.

En este sentido, comentó que pacientes que padecen diabetes, cáncer, asma, artritis reumatoide, esclerosis múltiple y enfermedades cardiovasculares, por mencionar algunos, han presentado mejoras en su salud a partir de seguir este régimen.

No obstante, a pesar de los beneficios, apuntó la profesora, se requiere de una adecuada historia clínica nutricia para determinar si el paciente es apto para llevar a cabo un régimen de este tipo.

Asimismo, es necesario un diagnóstico para establecer la duración en la que se llevará a cabo y verificar si el paciente tiene riesgo de padecer hipoglucemia, si tiene enfermedades cardiovasculares, así como parámetros de glucosa y colesterol fuera del rango recomendado.

Del mismo modo, advirtió que, debido a la restricción calórica, no es recomendable en pacientes con tendencias al estrés, ansiedad, niños, ni en mujeres embarazadas, ya que podría generar irritabilidad, capacidad reducida para concentrarse, e hipoglucemia, factores de riesgo para la salud.

La académica de la UAA remarcó que aún se requiere más investigación clínica al respecto para evaluar el número de días de ayuno por semana recomendables y el grado de restricción energética.

Aunado a ello, destacó que cada paciente necesita de un diagnóstico personalizado para determinar la prescripción dietética, de ahí la importancia de acudir con un experto en la materia, ya que se debe asegurar una alimentación correcta en cuanto a cantidad y calidad.